El teletrabajo o la reducción de jornada no son medidas suficientes para evitar una sobrecarga de la mujer en casa.
La crisis provocada por el COVID-19 ha obligado a unir en un mismo hogar a niños y niñas sin colegio, mayores, progenitores con empleo,… Una circunstancia muy difícil de gestionar, que ha generado situaciones de estrés que han podido llegar a ser insostenibles en algunos casos. Así ha quedado de manifiesto en la jornada virtual “Crisis de cuidados y COVID-19, el impacto laboral en las mujeres”, que ha sido organizado por la Federación de Mujeres Progresistas.
Lo que ha ocurrido durante esta situación excepcional (y sigue ocurriendo) es una superposición.
Amecopress recoge algunas de las conclusiones de esta jornada. Aunque se relacionaba comúnmente el teletrabajo con la conciliación, lo cierto es que en la situación descrita no se ha producido tal. Lo que ha ocurrido durante esta situación excepcional (y sigue ocurriendo) es una superposición. Es decir, las mujeres han tenido que atender sus tareas profesionales con más producción en el hogar, siendo ellas las que han asumido la mayor parte de esa carga en casa. Como consecuencia, situaciones de estrés o teletrabajo a altas horas de la madrugada, para compensar el tiempo que se ha tenido que dedicar al cuidado de hijos, hijas y mayores que estaban en casa.
Así lo puso de manifiesto Ángeles Durán, una de las mayores expertas en análisis de trabajo no remunerado. Según su exposición durante la jornada, la solución no puede ser que la mujer asuma esta carga. Prometía no hablar desde el victimismo, sino que se trata de facilitar una verdadera transformación digital que incluya y tenga en cuenta sus especificidades. “Hay que apostar por una gran campaña de alfabetización tecnológica”, concluía.
La importancia de políticas desde una perspectiva de género
Posteriormente se inició una charla entre Cristina Antoñanzas (@UGT_Comunica), vicesecretaria general de UGT, Judith Carrera (@OIT_ES) Consejera de la OIT para España y Carolina Elías (@sedoac), presidenta de la Asociación de Servicio Doméstico Activo (SEDOAC). Entre sus principales propuestas destaca la relevancia de unos servicios públicos que velen por estas cuestiones.
Situaciones de estrés o teletrabajo a altas horas de la madrugada, para compensar el tiempo que se ha tenido que dedicar al cuidado de hijos, hijas y mayores
También la importancia de que existan políticas desde las instituciones públicas que tengan perspectiva de género. Que traten de aportar respuestas eficaces para corresponsabilizar a todos los miembros de una unidad familiar. Así como dignificar los cuidados, pues se están presentando como vitales en estos tiempos de crisis por el coronavirus.
El cuidado, como una actividad clave en la pandemia
Siempre lo ha sido, pero esta crisis ha puesto de manifiesto la importancia de las actividades de cuidadores. Más aún en momentos clave, en donde todos los miembros de una familia se encontraban en casa. Y se pedía a la población que no acudiera a hospitales salvo circunstancias muy graves.
Esto ha provocado que personas con leves síntomas de COVID-19, o con problemas de salud no relacionados con esta enfermedad, fueran cuidadas en la propia casa. Como indicó Durán durante la ponencia, el teletrabajo o la reducción de jornada no son suficientes. Además de afectar de forma especialmente negativa a la mujer.