La biofarmacéutica MSD ha nombrado a Ana Argelich como nueva presidenta y directora general de MSD en España. Desde 2017 y hasta marzo de este año, la nueva directora general de la subsidiaria española ha sido la máxima responsable de la Compañía en Austria. Aquí ha obtenido muy buenos resultados en crecimiento y liderando la transformación digital en el sector. Desde marzo de 2019 hasta la fecha, ha participado en proyectos estratégicos de la Compañía a nivel global.
Ana Argelich se incorporó a MSD en 2008, teniendo desde el comienzo una trayectoria marcada por los éxitos en posiciones directivas de creciente responsabilidad.
Ana Argelich se incorporó a MSD en 2008, teniendo desde el comienzo una trayectoria marcada por los éxitos en posiciones directivas de creciente responsabilidad, contribuyendo al crecimiento de las diferentes franquicias que ha dirigido y siempre con un foco especial en el cliente y el desarrollo de los equipos. De forma previa a su entrada en la Compañía, y gracias a su formación, que incluye como base la Administración y Dirección de Empresas, trabajó en el sector de las telecomunicaciones en France Telecom y como consultora estratégica en varios mercados para Bain & Company y Oliver Wyman, entre otras compañías.
Ana Argelich asume la dirección general en España tras el anuncio de la retirada por parte de Ángel Fernández, desde 2012 presidente y director general de MSD en España y Portugal. A este le ha agradecido su visión, su dedicación, y su sólido legado en la Compañía. En cuanto a la subsidiaria de Portugal, pasa a formar parte de la Mid-Europe Region dentro de MSD EUCan (Europa y Canadá).
MSD en España, ejemplo de desarrollo de talento
MSD se caracteriza por su capacidad de identificar profesionales con experiencias diversas y gran potencial. En una cultura de innovación que busca continuamente evolucionar, se generan las oportunidades y retos que permiten desarrollar a todos sus empleados, incluso más allá de nuestras fronteras, a otras subsidiarias de la Compañía. Ana Argelich es un ejemplo más del alto nivel de cualificación que tienen sus trabajadores y de la capacidad de la compañía para mantener y generar el espacio para su progresión tanto profesional como personal.