Carlos Alonso nació en Mendoza, el artista plástico de noventa vitales años expone desde el mes de mayo una interesante selección de dibujos y pinturas realizadas entre 1965 y 1989, reafirmando una vigencia indiscutida.
Tanto es así que el director del museo Andrés Duprat se refiere a esta exposición con las siguientes palabras: “No puede pensarse la historia del último medio siglo de la Argentina sin la obra de Carlos Alonso. Es un hilo que la tensa, la denuncia, la interpela y la enmienda, a la vez que la sabe irreparable.”
No puede pensarse la historia
del último medio siglo de la Argentina
sin la obra de Carlos Alonso.
La mayoría de las obras seleccionadas evocan a grandes maestros del pasado o a alguna de sus grandes realizaciones. Tal es el caso de Sin pan y sin trabajo (1966) el emblemático cuadro de Ernesto de la Cárcova (1894) recreado en una versión monocroma con la inconfundible impronta del genial mendocino.
Siguiendo con la serie de homenajes también se seleccionó La lección de Anatomía inspirada en la de Rembrandt, el cuerpo yacente es el del Che Guevara tomado de la famosa fotografía de su cadáver con los ojos aún abiertos. Si bien el intenso colorido lo transforma en algo menos ceremonioso, la imagen sigue siendo un símbolo muy potente de la revolución.
Los paisajes de Carlos Alonso
Por fin para alivio y goce del alma Planta Salvaje (1989) cierra la muestra, mostrando una naturaleza majestuosa, magníficamente pintada al óleo y en el texto que acompaña esta obra, el mismo Alonso explica: “Para no rayarme completamente encontré que era mucho más sano para mí y mi trabajo crear ese silencio, ese espacio donde amasar mi propia situación. Entonces empecé a pintar paisajes…”
Por su parte, aunque las opciones para visitar galerías son múltiples, entre ellas me interesó la propuesta de Carlos Bissolino en Palatina, el nombre mismo resulta atractivo DINAMICA PANTEISTA. La muestra cuenta con 12 collages combinados con técnica mixta realizados por Carlos Bissolino, artista de amplia trayectoria que transitó distintas disciplinas, incluso fue diseñador de magníficas mesas con patas de animales. En esta ocasión su obra se completa con un catálogo que contiene una conversación sobre Arte mantenida entre el autor, su maestro Noé y el curador y ensayista Cipollini. A la manera del Banquete de Platón los interlocutores expresan opiniones originales sobre la obra, pero también sobre la historia de la pintura. El visitante frente a la obra y leyendo el catálogo se transporta y siente que esa abstracción es exacta y bella.
En un momento del coloquio Bissolino dice “Antes eran derramamientos de pintura sobre una superficie, y cuando paraba era una forma. Hoy esa forma la decido pero no trabajo con boceto; empiezo y sigo. Este mismo cuadro me hizo hacer bocetos después para saber que había hecho. A lo cual Noé contesta graciosamente: “Eso es magnífico. Hacer bocetos después. A mí eso me parece muy bien porque yo detesto el boceto.”
Para los que estén en Buenos Aires, ambas exposiciones podrán visitarse durante el mes de junio, recomiendo también una caminata por la Av. Libertador que para la fecha esta enmarcada por árboles otoñales puesto que ambos salones están ubicados a unas diez cuadras entre sí.