Unni Lindell (Oslo, 1957) ha publicado novela, poesía, relatos y libros infantiles, habiendo obtenido numerosos premios. Sus novelas policiacas destacan por la gran importancia que concede a la turbulenta vida privada de los investigadores, por la gran profundidad psicológica y la magistral caracterización de todos sus personajes, y por la presencia descarnada y sin censura del lado más oscuro del ser humano. Lindell, es la autora de novela policiaca que más libros ha vendido en Noruega durante 2012.
Después de La trampa de miel y El ángel oscuro, Siruela ha publicado recientemente Muerte blanca, el tercer caso de la agente Marian Dahle.
Se han vendido 105.000 ejemplares de El beso del diablo, en tan sólo seis meses y en un país de 5 millones de habitantes.
Kari Helene Bieler, una joven con problemas de sobrepeso, está comprando en una pastelería cuando ve caerse una magdalena y volar el azúcar glas de encima. En ese instante recuerda qué fue lo que ocurrió realmente dieciséis años atrás, cuando su hermano pequeño Gustav, siendo aún un bebé, murió. Esta revelación enfrentará a sus padres, John Gustav y Greta, y desencadenará una espiral de hechos espantosos, entre los cuales se encuentran los asesinatos del director de la Policía Judicial, Martin Egge, y los de varias mujeres inocentes.
El secreto que rodeaba a la muerte del bebé permitió que, durante muchos años, un auténtico psicópata haya pasado totalmente desapercibido llevando una doble vida. Al amparo de estos hechos, un asesino implacable se siente impulsado a ejecutar una sádica venganza. La policía deberá enfrentarse a unos misteriosos crímenes excepcionalmente difíciles de resolver. El pasado de la joven agente Marian entra a formar parte del caso de una forma muy directa, y su relación personal y profesional con el responsable de la investigación, Cato Isaksen, se verá sometida a una dura prueba.
En El beso del diablo, Vivian Glenne trabaja en la tintorería del barrio, convive con un taxista y es madre de tres hijos. Una noche se acerca al bosquecillo que está detrás de su chalet adosado llevando una pala en la mano, y ya no regresará con vida. Su hijo de quince años, Dan, y su amigo Jonas, investigan por su cuenta. Se van desvelando distintas tramas hasta formar una red de sospechosos que arrastra a los chavales por oscuros caminos. Un cliente de la tintorería que tiene un alto cargo en los servicios de inteligencia jugará un papel importante, al igual que el exmarido de la víctima. Cuando su abuela recoge al más pequeño de los niños en la guardería una sombra helada se cierne sobre la historia. ¡Sebastian no tiene ninguna abuela! El horror en las relaciones cercanas, vecindades claustrofóbicas y relaciones secretas salen a la luz dejando ver debilidades y peligros.
Cato Isaksen y su inestable compañera Marian Dahle tienen un nuevo caso que resolver. Si no lo hacen rápido, habrá más muertes. La lucha entre ellos y la carrera por encontrar al asesino les empuja hacia una catástrofe y termina con una intensa persecución en una zona pantanosa una húmeda noche de verano. Pero ni siquiera en esta loca búsqueda las cosas son lo que parecen.
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