Talento a la fuga

Parafraseando a quien una vez dijo, escribe porque si así lo haces es que estás vivo, yo añadiría que, para realmente sentirse vivo es necesario que alguien lea lo que escribes. Ser columnista proporciona la satisfacción de poder escribir y la recompensa, o al menos la esperanza, de ser leído. Pero todo ello viene condicionado por saber escoger los temas a tratar y su enfoque.

Me hago esta reflexión al constatar que ya son varios los años de colaboración con Mujeres&Cia, recordando los inicios de un proyecto que ya se ha convertido en un referente para la mujer profesional de hoy.  Todo gracias a una iniciativa que encontró su momento y su camino. Y al esfuerzo de un equipo que ha sabido respaldarlo. En suma, a un talento no desaprovechado.

El talento, pocas veces bienvenido en este país y muchas denostado, parece decidido a hacer las maletas y emprender viaje en busca de anfitriones más amables. Lo anterior viene a colación porque el talento, pocas veces bienvenido en este país y muchas denostado, parece decidido a hacer las maletas y emprender viaje en busca de anfitriones más amables. Un desempleo juvenil superior al 50%, una completa falta de expectativas profesionales a la generación mejor preparada de la historia, una creciente emigración de personas con alta cualificación, son indicadores de que el talento no pasa por su mejor momento.

Se mire como se mire o se intente disfrazar de una forma u otra, la sangría de talento que se está produciendo nos está llevando a una descapitalización intelectual que, no lo duden, nos pasará factura. Factura que ya tiene un asiento: el despilfarro que supone costear la formación de un talento que se va a poner en valor en otro país.

Sorprende que todo esto esté ocurriendo y todavía no se haya puesto a trabajar a un “grupo de sabios” para definir un nuevo modelo productivo, como evolucionar a una economía moderna capaz, no solo de crear empleos, sino capaz de absorber profesionales de alta cualificación. Mientras tanto se “festeja” la creación de empleo estacional, de baja calidad y temporal, que en absoluto va a resolver el problema del desempleo. Es más fácil hacer demagogia que emprender estrategias con  resultados a largo plazo y difíciles de rentabilizar electoralmente.

 “Talento no usado, éxito desperdiciado” reza otra famosa frase.  Cada vez que uno de nuestros jóvenes emprende la senda de la emigración, se lleva en su maleta una parte del futuro del país. ¿Estamos dispuestos a decirle adiós?

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