Sobre el año cero de mi nueva vida

Dice Elsa Punset en “Inocencia radical” que el cerebro es un viajero del tiempo. Tan pronto mira al pasado como se instala en el presente o se proyecta hacia el futuro. Viene a cuento la cita porque ando empeñada en jugar con el tiempo con el único objetivo de que no juegue él conmigo y para eso, la referida facultad del cerebro es cuestión fundamental. Me explico.Tras mi último cumpleaños y visto que ya no me queda por vivir más de lo vivido (reflexión patética pero realista) he hecho balance.

Del nacimiento
Con el nacimiento, que dificultad no le faltó, entré en el mundo en blanco. Caminé por él con el instinto del descubridor hasta que el crudo realismo de mis mayores se impuso y aprendí a hablar con sus palabras y a pensar con sus pensamientos. Ser yo misma me costó no pocas lágrimas y años de sudor emocional incomprendido. Pero la dificultad no estuvo en alumbrar el “yo”. El mayor escoyo pasó por construirlo, una vez alumbrado, a mi imagen y semejanza. Un ejercicio de sufrimiento y soledad que ha sido un verdadero palizón. Agotada estoy en cuerpo y alma.

Este año cero de mi
nueva vida es un espacio interior sin límites de ninguna clase. Orientado
a vivir intensamente el momento, con lo que toque. Siendo plenamente consciente de que no lo puedo todo
y de que mi visión de las cosas, es sólo mía.
No tirar la toalla
Todo lo anterior tiene que ver con mi firme resolución de no tirar la toalla. De mirar hacia delante con ilusión, sin necesidad de que nadie me la transmita. Independientemente de que las circunstancias acompañen o no. He decidido volver a nacer. ¡Este es mi particular viaje en el tiempo!. De esa forma, puedo utilizar todo lo aprendido con el mismo tipo de energía que tenía cuando empecé en esta vida. Una energía vigorosa e ilusionada. Capaz de construir, avanzar y sorprenderme con optimismo y alegría.

¡Ahora o nunca!
Este año cero de mi nueva vida es un espacio interior sin límites de ninguna clase. Orientado a vivir intensamente el momento, con lo que toque. Siendo plenamente consciente de que no lo puedo todo y de que mi visión de las cosas, es sólo mía. Cierto es que tengo un empeño: ponerme a la tarea de sacar adelante todas aquellas cosas que me enamoran y que no he tenido tiempo de hacer hasta aquí. O bien porque tenía otras obligaciones o porque no era el momento. ¡Vaya a ser que el final llegue antes de lo esperado y me quede con las ganas!

Sí, ¡vivir es un asunto urgente![*]

*La frase coincide con el título de uno de los libros escritos por el doctor Mario Alonso Puig, cuya lectura recomiendo.

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