El estudio, en el que participaron empresas como Accenture, Banco Santander, Inditex, McKinsey, L´Oreal o BNP Paribas, entre otras, analiza la realidad de los procesos de selección, desde las medidas más utilizadas para retener el talento en tiempos de crisis, hasta los valores que priman en la contratación de nuevos profesionales o los perfiles más demandados.
El informe de ESCP-EAP constata cómo, en momentos difíciles como el actual, las compañías reducen el presupuesto de contratación, por lo que los departamentos de recursos humanos prestan más atención a los profesionales de "la casa" para promocionarlos internamente; una tendencia que al motivar a la plantilla reduce el absentismo y la rotación. En este sentido, las empresas consultadas coinciden en que ahora es más fácil retener talento, ya que aumenta el miedo al cambio, al tiempo que el propio mercado ofrece menos posibilidades.
Asimismo, muestra que la formación y la flexibilidad laboral son, en el 70% de los casos, las principales medidas a las que recurren estas multinacionales cuando ya no es posible retener a los mejores profesionales con subidas salariales. Este hecho demuestra que la mayoría de los empleados prefiere que su empresa le permita compaginar el trabajo con su vida familia y social, a percibir stock options, u otras formas de retribución variable. Aún así, las compañías también ofrecen otros "ganchos" como el coche de empresa, seguro médico o buen ambiente de trabajo como un atractivo más.
No es igual junior que senior
En cuanto a los criterios más valorados en la selección de perfiles junior, la formación y las habilidades personales –entre las que figuran la capacidad de comunicación, de adaptación al cambio, de trabajo en equipo y la afabilidad en el trato- son los más secundados por las multinacionales. La experiencia laboral previa y otros aspectos, como buena presencia, orden, constancia y proactividad, son otros valores tenidos en cuenta durante dicho proceso.
En el caso de perfiles senior, los criterios son diferentes. Así, la experiencia laboral es, en su mayoría, el principio más valorado, aunque también las habilidades personales, la capacidad de liderazgo y los logros alcanzados en otras empresas.
Respecto a la consabida demanda de conocimiento de idiomas, el estudio de ESCP-EAP constata que el inglés sigue siendo el más demandado por las multinacionales, aunque el chino empieza a ser para muchas una lengua muy interesante, seguido de otros como el francés y el portugués, en función de la actividad desarrollada por cada compañía.
En cuanto a los perfiles más demandados, la mayoría de las multinacionales consultadas requiere profesionales para las áreas de Ingenierías y Nuevas Tecnologías, que ocuparían el primer puesto, seguidos de las de Finanzas y Comunicación & Marketing.
Falta de compromiso
Por otra parte, el estudio de ESCP-EAP señala curiosamente que todas las empresas consultadas afirman haber percibido el cambio generacional. La ausencia de compromiso es la principal carencia detectada, seguida de la menor capacidad de trabajo y, en algunos casos, la falta de motivación y escasa definición profesional. De esta forma, las empresas saben que para estas nuevas generaciones, no hay ascenso ni dinero que compense el trabajo tradicional, ni los modelos habituales de compromiso y relación con la empresa.
Por el contrario, la mayoría coincide en que estos jóvenes aportan facilidad para los idiomas y dominio de las nuevas tecnologías, así como una mayor disposición para trabajar, seguramente condicionados por la escasez de oferta y el alto grado de competitividad que exige el mercado.
El postgrado sigue cotizando
Finalmente, este análisis muestra que el 90% de las empresas consultadas consideran que ahora es un buen momento para que los empleados con mayor potencial realicen un MBA con el objetivo de afianzar conocimientos o crear relaciones personales, ya que suponen un activo fundamental en la carrera de cualquier profesional.
En este sentido, recuerdan que la crisis económica ha ensanchado la brecha salarial entre los mejor y los peor formados; de ahí que, en opinión de estas compañías, muchos vean en esta difícil coyuntura un buen momento para invertir en su propia formación.