Disculpen que una psicóloga se atreva a explicar conceptos económicos. Seguramente los economistas se sorprenderán de que a estas alturas alguien descubra a Keynes. Lo mismo me pasa a mí y posiblemente a muchos psicólogos cuando "descubro" las tesis de Friedman que han "impulsado" la política económica y monetaria de los Estados Unidos, liderada por Alan Greenspan. Estas tesis dicen que no es necesaria ninguna regulación de los mercados financieros, porque se autorregulan debido a que los agentes (compradores y vendedores) son racionales.
¡Y nosotros, los psicólogos, creyendo que era de dominio público que las personas tomábamos decisiones emocionales más que racionales¡ Y los sociólogos, por su parte, creyendo que era ciencia sabida que las personas, en masa, se comportan de manera claramente irracional.
En un libro de próxima publicación[1] que terminé de escribir en julio, incluía el fenómeno del "pánico bancario" para explicar el concepto de profecía autocumplida del sociólogo Robert K. Merton, según el cual las personas se comportan de modo tal que tienden a confirmar sus expectativas, deseos o temores. También incluí como ejemplo el crack de la Bolsa de 1929. Lamentablemente, creo que tendré que actualizar este dato en las correcciones finales. Extraigo del libro los dos párrafos siguientes por su oportunidad en el momento actual.
"El crecimiento económico provoca una euforia contagiosa. La expectativa de grandes ganancias con un activo o producto se dispara, los compradores acuden en masa, la especulación genera una espiral de subida del precio, que se aleja cada vez más de su valor real. Los recursos se destinan a fines improductivos, realimentando la burbuja. Cuando los compradores empiezan a escasear, estalla la burbuja, los inversores se asustan y empiezan a vender en masa, produciéndose la caída repentina y brusca de los precios, incluso por debajo de su nivel real. La crisis de confianza se extiende en el sistema provocando un efecto dominó, destruyendo gran cantidad de riqueza y llevando a la crisis económica.
Este mismo proceso ocurrió en Holanda en el siglo XVII con la tulipomanía. Se llegaron a pagar cantidades astronómicas por unos cuantos ejemplares de tulipanes multicolores, rareza que hoy sabemos se debía a un virus transmitido por los pulgones. Hasta que la burbuja especulativa estalló y derivó en la quiebra de la economía holandesa. []Lo cuenta Charles Mackay (1843) en un libro al que dio el significativo título de Memoria de extraordinarias desilusiones y de la locura de las multitudes."
Por otro lado, Robert K. Merton también acuñó el "Efecto Mateo" para explicar el fenómeno por el que los científicos más famosos y los Premios Nobel reciben más gloria que otros por descubrimientos equivalentes. Esta acumulación de ventajas diferenciales que no se basan necesariamente en un mayor talento es precisamente el mismo fenómeno por el cual "los ricos se hacen más ricos". Es decir, el éxito llama al éxito. Lo llamó así por la Parábola de los Talentos, del Evangelio según San Mateo, que finaliza con la siguiente frase:
"porque al que tiene, le será dado, y tendrá más; y al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado".
Precisamente su hijo, Robert C. Merton, recibió el Premio Nobel de Economía en 1997, por desarrollar, junto con Myron Scholes y Fisher Black, el modelo de Black-Scholes que permite calcular el precio de las opciones, dando lugar al uso masivo de estos derivados financieros. Junto con Scholes gestionó un fondo de cobertura que fracasó estrepitosamente en 1998, teniendo que intervenir la Reserva Federal para llegar a un acuerdo con 19 bancos con el fin de salvar el sistema financiero del derrumbe. Resulta curioso comprobar que este hecho no sirviera de advertencia sobre los riesgos asociados a la desregulación.
¡Qué ironía! ¡Lo que pasa a los hijos por no escuchar a los padres!, que diría un moralista. Aunque quizá el padre se hubiera beneficiado económicamente si hubiera escuchado al hijo, pues, en aras del desinterés que predicaba para la ciencia, acuñó numerosos términos que hoy son de uso común, como "modelo de rol" o "focus group", cuya utilización de manera masiva le llevó a exclamar con humor: "¡Ojalá lo hubiera patentado!".
Proximamente la continuación de este artículo: Emociones decisivas
*Beatriz Valderrama es Socia Directora de Alta Capacidad (www.altacapacidad.com), Licenciada en Psicología y PDG del IESE.
*El artículo fue originariamente publicado en Capital Humano.
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