Olga Reyes: Coca-Cola impulsa a 5 millones de mujeres

Olga Reyes, Directora de Asuntos Públicos para la Unidad de Negocios de Latinoamérica Centro de Coca-Cola, en el marco de CSR América 2011, destacó que la compañía tienen como objetivo desarrollar a 5 millones de mujeres en su cadena de valor en 2020. Según su nueva filosofía no se trata de hacer beneficencia o caridad sino de tener sentido comercial para ser sustentables.

El origen de la iniciativa se remonta a 2008, cuando en el marco de las Naciones Unidas Coca-Cola prometió ampliar los microcréditos de distribución (MDC), una red independiente de empresarios que distribuyen productos de Coca-Cola a los minoristas en África. En el año 2009, se comprometió también en el mismo foro a que el 50% de los nuevos MDC tuvieran una directiva femenina. Ambos compromisos están ahora próximos a alcanzarse.

Según los estudios de la Harvard Kennedy School son muchos los problemas a los que se enfrentan las mujeres a la hora de prosperar: falta de acceso a la financiación, ausencia de formación empresarial y dificultad de acceder a orientadores.

¿Qué es la unidad de Negocios de Latinoamérica Centro dentro de Coca Cola?
El grupo América Latina se divide en cuatro unidades de negocios: México, Brasil, South Latin (que comprende Argentina, Uruguay, Paraguay, Bolivia, Perú), y la unidad de Latinoamérica Centro, que comprende los países del Norte de Sudamérica (Venezuela, Colombia, Ecuador), todo Centro América y el Caribe.

Yo trabajo en la compañía Coca Cola hace 14 años, y todo el tema de responsabilidad social corporativa y proyección comunitaria ha venido creciendo de una manera que a mí me parece muy interesante.Dentro de la RSE de Coca Cola, está el “Viviendo Positivamente”, ¿Qué implica esta estrategia?
Es una plataforma a nivel mundial. Es un compromiso que hemos adquirido para hacer una diferencia positiva en el mundo, modificando la manera en que trabajamos y como vivimos a fin de que la sostenibilidad sea parte de todo lo que hacemos. Esta plataforma comprende ocho objetivos, ocho compromisos. Los compromisos de medio ambiente, o buenos para el mundo, son compromisos en agua, en cambio climático y compromisos en empaques sostenibles. Tenemos los compromisos de actividad física, de salud emocional, beneficios de vida, y un compromiso que para mí es muy importante: proyección comunitaria. Ese volver a las comunidades, trabajar con las comunidades implica encontrar maneras en que se desarrollen sosteniblemente. 

¿Cuál es el aporte que desde Coca Cola pueden hacer en el vínculo entre marcas y desarrollo?
Empezó con una historia. Yo trabajo en la compañía Coca-Cola hace 12 años, y todo el tema de responsabilidad social corporativa y proyección comunitaria ha venido creciendo de una manera que a mí me parece muy interesante. Al principio teníamos un dinero que se destinaba a proyección comunitaria y lo que hacíamos era financiar diferentes causas que no tenían que ver con la compañía y que eran administrados por terceros, por otras personas. Luego evolucionamos a desarrollar programas que nosotros llamamos propietarios, que todavía no eran programas 100% alineados con los intereses del negocio de la compañía, pero eran programas que nosotros administrábamos. Podían ser de salud o podían ser de educación… Luego nos pasamos a programas que están mucho más relacionados con nuestros intereses de negocio, y ahí hablamos de programas comunitarios en agua, en reciclaje, de actividad física. Eso es parte de desarrollo de comunidad y parte de desarrollo de nuestros ocho grandes compromisos.

¿Y ahora?
Ahora estamos incluyendo otro tipo de programas, que me parece que es la nueva fase, y es la nueva moda, que no es moda todavía, pero estamos aquí para crearla, y que consiste en ver cómo podemos desde nuestra compañía, nuestra marca, desde lo que tenemos, nuestras personas, lograr un cambio en el desarrollo económico de las comunidades donde vivimos. Y esos programas a nivel mundial varían enormemente en el contenido, en los objetivos, en la inversión, en cómo nosotros aportamos. Pero lo que tienen en común es que queremos lograr desarrollo económico en las comunidades.

¿Y cómo son?
Tenemos por ejemplo programas de entrenamiento a personas para que al final puedan vender nuestros productos. Estos programas, incluyen los Centros de Distribución Pequeña (MDC)*, que tenemos en África, otro que se llama Plato Colectivo en Brasil, programas de capacitación a personas para que al final puedan tener un desarrollo económico. Otro programa, en Kenia y en Uganda, busca lograr 50 mil agricultores de mango y de maracuyá para que esos cultivos que ellos produzcan puedan algún día acabar en nuestras plantas. Otro busca doblar el ingreso de 25 mil productores de mago en Haití. Nos hemos dado cuenta de que la mejor forma para doblar el ingreso de estas personas es que sean exportados para ser consumidos frescos en mercados como los Estados Unidos.

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