Las temperaturas extremas se asocian a riesgos importantes para la salud y a un aumento de la tasa de mortalidad, según confirma un nuevo estudio llevado a cabo por el Centro de Investigación en Epidemiología Ambiental, de Barcelona. Las personas mayores y los niños menores de un año son los más frágiles y en quienes se deben extremar las precauciones.Seguir los planes de prevención contra las olas de calor es muy importante y se ha demostrado que disminuye el número de fallecimientos.
tres días. Para establecer esta relación, los investigadores han tomado como referencia el 5% de los días más calurosos en cada zona de toda la comunidad catalana, gracias a los datos obtenidos a partir de 69 estaciones climáticas y, aunque los días más calurosos varían de un área a otra, en este estudio se han considerado temperaturas extremas las situadas en torno a los 30 grados centígrados, según ha informado Xavier Basagaña, investigador del CREAL. Se sabe, por otros estudios, que las temperaturas superiores a 25 grados ya representan un riesgo para la salud y que, a medida que éstas suben, aumenta la tasa de mortalidad.
Mortalidad y subida de temperaturas
Los datos preliminares de este estudio, que analiza un periodo de 24 años, han revelado que la tasa de mortalidad aumenta en torno a un 20% más durante las jornadas de temperaturas extremas y que ésta se distribuye en tres días. "En el mismo día caluroso aumenta un 4%, al día siguiente, un 10%, y al cabo de dos días, un 8%. Esto se debe a que hay personas que pueden sufrir un ataque de corazón y fallecer un par de días después", sintetiza Basagaña.
Las defunciones no siempre se deben al temido golpe de calor, hay muy pocas que se relacionen directamente con esta causa. De manera habitual, ocurre que el calor actúa como el detonante de la muerte por otras causas, ya sean enfermedades cardiovasculares, respiratorias o cerebrovasculares previas. Las personas más frágiles son las mayores, a partir de 65 años, y quienes tienen problemas de salud. "En ellas, el organismo tiene un mayor estrés para mantener la temperatura constante y hay un mayor riesgo de sufrir un episodio cardiovascular. Parece que los bebés también son frágiles y que pueden tener más problemas debido a los efectos del calor. En cambio, no hay diferencias por sexos", declara el investigador.
El calor en las zonas húmedas es peor que en las secas porque cuando la humedad del aire es alta, la evaporación no sucede y se hace más dificil eliminar calor. El riesgo de deshidratarse es mayor, y por ello se insiste en que la población beba agua en abundancia.
Han señalado, además, que soportar el calor en las zonas húmedas es peor que en las secas. Uno de los mecanismos del cuerpo para "perder" el calor es la evaporación del sudor. Pero cuando la humedad del aire es alta, la evaporación no sucede y, por mucho que se sude, el organismo apenas elimina calor. En este caso, el riesgo de deshidratarse es mayor, ya que se pierden líquidos y sales muy importantes con la sudoración. Ésta es la razón por la que las autoridades sanitarias insisten en pedir a la población que beba agua en abundancia. Esta medida preventiva es fundamental, sobre todo, entre los ancianos, ya que con la edad disminuye la sensación de sed, expone Basagaña.
Medidas preventivas para sobrellevar el calor
El calor extremo provoca la pérdida de líquidos y sales como el potasio, el sodio o el cloro, indispensables para el organismo humano que, a su vez, causa deshidratación o agotamiento extremo, informa el Departamento de Salud catalán. Por esta razón, se han elaborado recomendaciones para la población, a fin de concienciar de ciertas medidas protectoras.
En casa: se aconseja mantener las ventanas cerradas y las persianas bajadas durante el día y abrirlas durante la noche para airear el hogar, utilizar el aire acondicionado o el ventilador, permanecer en las estancias más frescas, beber con frecuencia y refrescarse con duchas y toallas mojadas.
En la calle: se recomienda evitar salir y realizar ejercicio en las horas centrales del día, de mayor sol y calor, llevar gorras y un botellín de agua para beber con frecuencia, mojarse la cara, pasear por zonas umbrías y vestir ropa de algodón fina y holgada. También se desaconseja ir en coche durante las horas de más calor y se advierte de la importancia de no dejar a los niños en el interior del vehículo con las puertas cerradas. Como medidas generales, se insiste en la necesidad de beber agua, evitar las dietas muy calientes y con mucho aporte calórico y limitar la actividad, así como salir a la calle, en las horas de más insolación.
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