A pesar de ser el segundo motivo de consulta más común entre las consultas ginecológicas, muchas mujeres aún no hablan con los especialistas y estos tampoco les preguntan. Rafael Sánchez Borrego, presidente de la Asociación Española para el Estudio de la Menopausia (AEEM) y director médico de Diatros Clínica de Atención a la Mujer, en Barcelona, nos habla sobre esto y nos comenta sobre diferentes tratamientos hormonales idóneos para cada mujer, que mejoran de manera notable la atrofia vaginal y que, al administrarse en dosis muy bajas, casi han hecho que sus efectos secundarios sean imperceptibles.
La atrofia vaginal es la disminución del grosor del tejido epitelial de la vagina. Es un motivo de consulta en el momento en que acontece la menopausia, periodo que comienza cuando se acaba la etapa reproductiva. Su causa principal es la caída de estrógenos. En esa etapa, los ovarios dejan de segregar hormonas ováricas, sobre todo estrógenos y progesterona, y esta falta provoca una disminución del grosor del epitelio o capa de tejido de la vagina. Los principales síntomas son sequedad vaginal, picor y molestias e, incluso, dolor durante las relaciones sexuales.
Queremos animar a las mujeres a que consulten a sus médicos y a los profesionales, que no rehúyan el hablar sobre los síntomas de la esfera urogenital y las relaciones sexuales. Aceptarlos no es normal y hay que explicarlo a las pacientes.
Tabú
Hay mujeres que son reacias a explicar, pero también profesionales que muestran resistencia a preguntar por él, sobre todo, cuando este problema se asocia a las relaciones sexuales o al coito. No obstante, también hay profesionales más orientados a todos estos cambios. Es todavía un poco tabú, pero en el momento en que se pregunta por ello, se convierte en el segundo síntoma más frecuente de la menopausia; el primero son los sofocos y la sudoración. De hecho, hace unos años, desde la AEEM se llevó a cabo un estudio que reveló que el 40% de las mujeres españolas, a partir de la menopausia, tienen síntomas de atrofia vaginal.
Tratamientos
Si la causa es una caída de estrógenos, la elección debería ser estrógenos a nivel local. En los últimos años ha habido una evolución de los tratamientos estrogénicos por vía tópica y local que, en dosis ínfimas, facilitan los efectos beneficiosos, que se buscan y evitan los resultados secundarios de cualquier fármaco. Cualquier medicamento tiene beneficios y riesgos, pero podemos dirigir la terapia, de forma que tenga los máximos beneficios y los mínimos riesgos posibles. Siempre ha habido tratamientos locales, que se aplican por vía vaginal, en dosis muy bajas. Bien es cierto que estas sustancias con hormonas provocan cierta reacción al uso, pero si explicamos a las afectadas que ahora hay disponibles terapias que comportan beneficios y disminuyen al máximo los posibles riesgos, seguro que van a utilizarse más.
Riegos de la terapia hormonal
Hay ciertos mitos sobre los efectos secundarios de la terapia hormonal pero, como cada vez se elige mejor el fármaco, las dosis y las indicaciones, sus posibles efectos secundarios se han reducido casi al completo. Hoy conocemos que es necesario que este tratamiento se administre por vía vaginal. Precisamente, el lema de este año de la AEEM con motivo del Día Internacional de la Menopausia ha sido "Salud vaginal". Creemos que la mujer, hoy en día, no tiene por qué sufrir ningún síntoma o déficit estrogénico.
Por otro lado, cualquier terapia hormonal que se administre actúa sobre todos los receptores del cuerpo. Esto significa que opera sobre todos los órganos hormonodependientes de la esfera urogenital y mamaria. El cáncer puede desarrollarse solo si se apuran las indicaciones del tratamiento y se administra durante mucho tiempo, pero en periodos cortos, en dosis bajas y en mujeres candidatas no tiene ninguna repercusión y sí tiene beneficios sobre la calidad de vida.
"Hay que tener en cuenta que el ovario segrega varios tipos de estrógenos o moléculas estrogénicas. La novedad es que cada vez hay más moléculas de estrógenos que actúan a nivel local y provocan una mejora", explica Rafael Sánchez Borrego. "En la actualidad hay distintos tipos de componentes y de estrógenos que podemos administrar. Entre ellos, un estrógeno más natural y a dosis más bajas, el estriol, que consigue que este tratamiento tenga menos repercusiones negativas".
Desde la Asociación Española para el Estudio de la Menopausia (AEEM) que preside, destaca que investigadores españoles y mujeres españolas han participado en un gran estudio sobre el estriol formulado en gel, que se administra por vía vaginal, y que se ha presentado este año en su 13º Congreso Mundial de la Menopausia, en Roma. Este trabajo, aceptado para su próxima publicación en una revista internacional, demuestra que "la gran mayoría de las mujeres refieren una mejoría en casi todos los síntomas de la menopausia", entre ellos, la atrofia.
"Desde la AEEM queremos animar a las mujeres a que consulten a sus médicos y a los profesionales, que no rehúyan el hablar sobre los síntomas de la esfera urogenital y las relaciones sexuales. Aceptarlos no es normal y hay que explicarlo a las pacientes. Disponemos de un arsenal terapéutico para cada una y ello tiene que facilitar que la mujer mantenga su salud sexual, que es un componente muy importante de la calidad de vida", concluye el especialista.
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