Mujeres, movilidad, discapacidad y estereotipos

¿Qué relación hay con la movilidad y la discapacidad cuando se trata de mujeres? Las adaptaciones en el transporte público, vehículos particulares y en vía pública son avances esenciales para ampliar el derecho a la movilidad.

Las personas que viven con algún tipo de discapacidad o con movilidad reducida necesitan realizar las mismas actividades cotidianas que todos. Sin embargo, los municipios no siempre tienen en cuenta la necesaria adaptación de servicios e infraestructuras para que puedan circular con naturalidad.

En el caso de las mujeres, su condición se ve agravada por una doble marginación. El estudio de la Universidad de Huelva «Mujer, discapacidad y empleo», realizado entre mujeres con discapacidad física, auditiva y visual de Galicia, Andalucía y Madrid, revela que existen «aspectos de su vida laboral en las que han sido discriminadas, rechazadas, e incluso, maltratadas».

En el caso de las mujeres, su condición se ve agravada por una doble marginación.

Ciudades más accesibles

Estas situaciones suelen estar vinculadas con estereotipos sociales de género y prejuicios sobre la discapacidad. Representan un obstáculo social para su integración e impactan de manera negativa en su autoestima. Además, las barreras arquitectónicas y de comunicación limitan su vida diaria y movilidad.

En las últimas décadas, nuestras urbes han mejorado las infraestructuras y los servicios para transformarse en ciudades más inclusivas y accesibles. Los municipios han incorporado rampas en edificios y vía pública, mejoras en los trámites administrativos y han adaptado el transporte público.

Nuestras urbes han mejorado las infraestructuras y los servicios para transformarse en ciudades más inclusivas y accesibles.

La Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad hace referencia al derecho de «vivir de forma independiente y a ser incluidas en la comunidad con opciones iguales a las de las demás personas». El derecho a la movilidad aborda la adaptación del espacio público, la estructura de los medios de transporte público y también el acceso vehículos particulares.

Nuevas necesidades de movilidad

La crisis sanitaria por la Covid-19 ha trastocado también la vida de las personas con discapacidad o con movilidad reducida, y por supuesto, la de las mujeres. El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, declaró a comienzos de la pandemia que se  estaban profundizando «las desigualdades y produciendo nuevas amenazas» y solicitó estrategias que incluyan a las personas con discapacidad.

Los coches particulares permiten trasladarse con autonomía e independencia. La reducción de recorridos, frecuencias e incremento de costes derivados de la implementación de los protocolos sanitarios, han acelerado la necesidad de pensar en nuevas soluciones de desplazamiento como los coches adaptados para personas con discapacidad. Existen vehículos de diferentes gamas, que son acondicionados según cada necesidad. Además, la regulación española ofrece ventajas impositivas para facilitar el acceso a este tipo de movilidad.

La última convención sobre Discapacidad reclamó un mayor compromiso político para mejorar la accesibilidad en los lugares públicos y en los de trabajo.

La última convención sobre Discapacidad reclamó un mayor compromiso político para mejorar la accesibilidad en los lugares públicos y en los de trabajo. Un avance más en ese sentido, es la nueva normativa europea que regulará el transporte ferroviario. Permitirá, entre otras ventajas, comprar un billete a bordo si no hay una alternativa accesible para adquirirlo con anticipación.

Son medidas que contribuyen a reforzar los derechos de las personas discapacidad o con movilidad reducida. Además, facilitan su inclusión social y laboral para construir ciudades más igualitarias y accesibles.

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