Las mujeres necesitamos un humor inteligente

¿No te causa gracia, mi amor? ¿Sabes por qué? Un grupo de investigadores de la Universidad de Navarra ha descubierto que los hombres se ríen más fácilmente con un chiste absurdo que las mujeres, quienes requieren, además, que sea divertido. La profesora Natalia López Mortalla describe el camino de la risa en el cerebro y las diferencias de género para el humor. Pero en todos los casos, la risa es sinónimo de salud.

Esta es una de las conclusiones que las neurociencias de vanguardia revelan y que la Universidad de Navarra divulgó a través de los profesores Natalia López Moratalla, catedrática de Bioquímica y Biología Molecular; Carlos Bernar, especialista en Comunicación Audiovisual; y Enrique Sueiro, doctor en Comunicación Biomédica.

La mayor activación cerebral en la región prefrontal en las mujeres sugiere un mayor uso de la memoria a corto plazo en el procesamiento de la coherencia, el giro mental, la abstracción verbal, la atención autodirigida y el análisis de lo relevante.Un vídeo recoge las investigaciones del profesor británico Richard Wiseman y su Laboratorio de la Risa, a igual que hacen artículos de revistas científicas como Nature Neuroscience y Proceedings of the National Academy of Sciences

(PNAS), entre otras. El vídeo muestra de forma esquemática qué sucede en el cerebro desde que nos cuentan un chiste hasta que nos reímos.

La risa en el cerebro
Natalia López Moratalla
apunta que el sentido del humor requiere una mente ágil y flexible. Sintetiza así el desarrollo en el que intervienen las tres capas del cerebro: "Primero usamos áreas de la corteza cerebral para procesar palabras y darnos cuenta de que lo escuchado o leído no tiene sentido. Después, utilizamos la zona que procesa los sentimientos. Allí lo absurdo o lo gracioso genera una emoción placentera".

Interviene para ello –continúa la catedrática– la dopamina, conocida como hormona de la felicidad, que acciona el sistema de recompensa estimulando el interruptor central, llamado núcleo accumbens.

Una vez activado, ese interruptor envía señales de felicidad a la corteza prefrontal. Por último, "el sistema de recompensa y placer se encarga de generar la reacción eufórica, la carcajada, desde la tercera capa del cerebro".

Situaciones absurdas
Los chistes más reídos suelen caracterizarse por utilizar juegos de palabras para crear situaciones absurdas. En general, las mujeres emplean más áreas cerebrales y, sobre todo, integran más que los varones lo emocional en los diversos procesos, incluidos los cognitivos. Según la experta, la mayor activación cerebral en la región prefrontal en las mujeres sugiere un mayor uso de la memoria a corto plazo en el procesamiento de la coherencia, el giro mental, la abstracción verbal, la atención autodirigida y el análisis de lo relevante.

La profesora López Moratalla compara el proceso cerebral del humor entre hombres y mujeres con un mapa de Metro: "Aunque los puntos de partida y llegada coincidan, las mujeres emplean más estaciones e implican mayor recorrido. Tanto en ellos como en ellas captar lo absurdo hunde sus raíces en la capacidad específicamente humana del cerebro ejecutivo de almacenar, manipular y comparar elementos interdependientes".

Para los hombres lo ilógico es suficiente para el sentido del humor. Las mujeres requieren que lo absurdo sea gracioso y por ello provoque la emoción de lo divertido. 

Añade que captar lo absurdo, al llegar la información a la conocida como "central de detección de errores" del cerebro, tiene recompensa por elevar la dopamina. Para los hombres lo ilógico es suficiente para el sentido del humor. Las mujeres requieren que lo absurdo sea gracioso y por ello provoque la emoción de lo divertido. En ellas el interruptor se activa en relación directa con la intensidad humorística.

La risa es salud
En cualquier caso, el vídeo señala que la risa y el buen humor son biológicamente útiles. Las personas que contrarrestan el estrés con el humor tienen un sistema inmunitario sano; padecen un 40% menos de infartos de miocardio o apoplejías, sufren menos dolores en los tratamientos dentales y viven cuatro años y medio más. Por eso los científicos recomiendan reírse, al menos, 15 minutos al día. Cuando los sentimientos negativos perduran mucho tiempo producen agotamiento y perjudican al organismo.

La catedrática de la Universidad de Navarra concluye que humor y felicidad son genuinamente humanos y se asocian a llevarse bien con uno mismo y con el entorno. Para ello importan, sobre todo, el sentido de la vida y las relaciones con los demás: “Si uno puede reírse de los impedimentos para ser feliz, es que los puede superar”.

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