Las imposturas de la feminidad

El miedo de las mujeres a no ser queridas es fuente de ingresos para muchos sectores… La sumisión es un mal negocio para quien la vive, pero puede suponer un buen negocio para los que la saben detectar en los demás, y la explotan. Miedo a ser pretende abrir los ojos a las mujeres hacia un problema cultural generalizado que está impidiendo su progreso hacia los más altos puestos en las empresas y en los gobiernos, y a la vez muestra a las empresas la enorme cantidad de talento femenino que está desperdiciando.

A lo largo de la historia y en todas las culturas, las mujeres han recibido el mensaje de que para ser amadas por un hombre y aceptadas por el grupo, debían ser humildes, recatadas, invisibles. Esta creencia está tan integrada en la cultura de la mujer que cuando se mueve en el mundo del éxito profesional se siente intrusa, como si ocupara un sillón del que en algún momento alguien la echará, diciendo que ha ocupado su puesto.

La devaluación de las mujeres está en su modelo mental de sumisión que las empuja a ser buenas, y en términos profesionales significa no destacar, no valorarse y, naturalmente, dar por supuesto que las demás también son buenas, no se valoran y están dispuestas a autoexplotarse por complacer, creando así una red de devaluación que les conduce al estado de perpetua insignificancia que les impide valorarse, expresar su identidad y obtener el respeto que merecen. Muchas veces, aceptan relaciones abusivas quizá porque son tan próximas, tan amables, que no mantienen la distancia estratégica necesaria para negociar sus intereses.

Las mujeres profesionales tienen frentes abiertos en todas partes, desconsoladas por no gustar a sus madres, preocupadas por los hijos tenidos o no tenidos, desautorizadas por no tener el cuerpo que ven en la publicidad; salen a la calle todos los días a cumplir lo que se espera de ellas, que a menudo confunden con lo que ellas mismas desean en su vida profesional, pero aturdidas por el peso de los estereotipos, que les mandan mensajes de insuficiencia y de culpa.

Éste es un fenómeno internacional que está generando un enorme desperdicio de talento en las empresas: mujeres preparadas, con una gran experiencia profesional, que quedan supeditadas a compañeros por creerse no merecedoras de mejores puestos.

“…Estas mujeres de hoy, mezcla de la valentía de Escarlata O´Hara y de la fragilidad de Melania en una misma persona, llenas de atributos que les darían poder, orientan su vida hacia la sumisión para obtener la mirada de un hombre que ya no las mira, porque están compartiendo el mismo territorio, y eso, señoras, las convierte en rivales” dice Ribas que arroja luz sobre el tema y da algunas ideas.

Algunas ideas
* Miles de mujeres sofocan su identidad para salvar la vida. Se colocan en el mundo con miedo a no ser queridas, con miedo a no ser aceptadas, y viven una permanente impostura. Deforman, encogen, impostan, en suma, su cuerpo, su alma, su ser, para caber en el pequeño zapatito de cristal en el que entró el pie de Cenicienta para ser elegida por el príncipe, quien la redimirá de las durezas de la vida.

* Las mujeres acostumbramos hacer las cosas de manera que parezcan fáciles, estamos acostumbradas a resolver diferentes problemas simultáneamente y el objetivo que perseguimos está en la resolución del problema, no en alardear de ello. Tanto en la esfera privada como en la pública, esta actitud hace que nuestra labor esté siempre al servicio de alguien, quien, probablemente, recogerá los méritos.

* Las mujeres difícilmente aparecen con normalidad en las páginas de economía, a pesar de que, según la lista Forbes, de las empresas más ricas del mundo, 25 mujeres están entre los 100 primeros puestos.

* Las fórmulas de comunicación de las mujeres banalizan los contenidos.

* ¿Por qué las mujeres afrontan con tanta valentía la adversidad y sucumben ante la hostilidad?

* La perversa negación del éxito como “no femenino” dilapida energía, dinero, talento y salud.

La autora
Carmen García Ribas es licenciada en Ciencias de la Información (UAB), profesora de comunicación estratégica de ESCI-UPF y experta en formación de directivos. Actualmente dirige el Master de Liderazgo femenino de la escuela Superior de Comercio Internacional de la Universidad Pompeu Fabra.

Es autora de Tengo miedo, carisma y liderazgo a través de la gestión del miedo (Ed. Granica), Management Mediterráneo, una alternativa al management anglosajón (Ed. Granica), y El Síndrome de Maripili, el miedo de las mujeres a no ser queridas (Ed. La Esfera).

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