Hasta ahora, se sabía que la hormona oxitocina, a menudo conocida como “hormona del amor” porque es segregada en las relaciones sexuales y tras los partos favoreciendo la creación de los lazos emocionales, reduce la ansiedad y juega un papel clave en la confianza y el deseo de conectar con otros.
Sin embargo, un nuevo estudio realizado por investigadores de la Universidad de Haifa, en Israel, ha revelado que esta hormona también podría tener efectos no deseables en nuestro comportamiento.
En un experimento realizado por científicos de dicha universidad, los participantes inhalaron oxitocina sintética mientras jugaban a un juego económico.
Tras la inhalación, se comprobó que estos jugadores presentaban niveles más altos de envidia cuando ganaban menos dinero que sus oponentes, y que se regodeaban más que antes cuando eran ellos los que ganaban más dinero.
Según los científicos, estos resultados sugieren que la oxitocina estimula comportamientos pro-sociales cuando las relaciones son positivas pero que, cuando las relaciones son negativas, también puede promover sentimientos negativos, como la envidia, contra otras personas.
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