Julia Viedma ha pasado más de la mitad de su vida en el extranjero. No fue algo planeado, pero a ella le gusta que haya sido así. «Creo que es una aventura que trae cosas inesperadas, de ahí su interés. Si hubiera planificado en exceso, no hubiera sido lo mismo», dice.
Ha vivido en Francia, Singapur y actualmente reside en Holanda. Julia es Comisaria de la Policía Nacional española y trabaja actualmente en Europol como jefa del Centro Operativo y de Análisis. Además, ha tenido la oportunidad de visitar más de 115 países en todos los continentes, una experiencia que le ha servido para adaptarse a diversos escenarios.
«Vivir y trabajar en el extranjero me ha aportado, a nivel personal, unas posibilidades que nunca hubiera tenido -o al menos no al mismo nivel- si me hubiera quedado en España», destaca Julia en esta entrevista con Mujeres y Cía.
Julia Viedma: «Una experiencia en el extranjero siempre te enriquece como persona»
¿Cómo surgió la opción de partir? ¿Qué fue lo que te impulsó a hacerlo? ¿Es tu primera vez?
Debido a mi afición por los idiomas y los aspectos multiculturales de mi trabajo en la Policía Nacional, mi camino profesional se inclinó hacia la cooperación policial internacional a principios de los años 90. En primer lugar, fui destinada al grupo de investigación de terrorismo internacional en Barcelona.
Más adelante, me incorporé al grupo de coordinación internacional de la Unidad Provincial de Drogas y Crimen organizado en Málaga. Unos años más tarde, se me ofreció cubrir una vacante en la Secretaría General de Interpol en Lyon (Francia) y luego, ocuparme de un proyecto muy innovador, también con Interpol, en Singapur. Desde este país asiático, opté en 2016 por tomar la plaza que ocupo actualmente en Europol en Holanda, donde vivo con mi familia.
¿Cómo fue tu llegada y tu primera impresión? ¿Qué te atrajo y qué te chocó? ¿Cuáles han sido los mayores desafíos en tu adaptación profesional y personal?
Dentro de mi actividad profesional, he tenido la oportunidad de visitar más de 115 países en todos los continentes y me he sabido adaptar muy fácilmente a un gran número de situaciones particulares, como os podéis imaginar. La adaptación en los dos países europeos en los que he vivido ha resultado muy sencilla ya que, salvo el idioma, la gastronomía y el clima, muchos aspectos culturares y sociales son muy similares entre las sociedades española, francesa y holandesa.
Sin embargo, vivir cuatro años en Asia supuso un reto para mí y mi familia tanto a nivel profesional como personal. El sudeste asiático es una enorme región con mucha diversidad entre los países que lo componen, con sociedades bastante tradicionales, con una gran variedad religiosa y étnica y grandes diferencias económicas y culturales. Desde la modernidad de Singapur hasta el hermetismo de Myanmar, tuvimos la oportunidad de viajar mucho por la región y adquirir una experiencia personal y familiar muy rica.
Desde el punto de vista profesional, tuve la ocasión de trabajar estrechamente con compañeros locales y tuve que adaptarme a su manera de interactuar, de negociar y de comprender las relaciones laborales. Por ejemplo, mientras que en occidente ser claro y transparente en una discusión puede considerarse positivo, en Asia puede llegar a ser considerado ofensivo y echar al traste una buena relación laboral. La llave del éxito profesional consiste en entender los silencios y la falta de acuerdo explícito de tus socios asiáticos y llevar preparadas una serie de alternativas que sean más aceptables para ellos.
¿Qué diferencias notables has encontrado entre tu país de origen y el país donde resides ahora?
Entre los Países Bajos y España existen, además de las diferencias naturales relacionadas con aspectos geográficos, algunas diferencias culturales que lógicamente influyen en la forma de trabajar juntos.
Los holandeses son conocidos por ser muy pragmáticos y demasiado directos, centrándose inmediatamente en el asunto a tratar y dando su opinión de forma algo taxativa. Por un lado, permite aprovechar al máximo el tiempo, pero, por otro lado, puede crear una ausencia de contexto para enriquecer y ponderar la discusión sobre un asunto, perdiendo los matices que muy a menudo son necesarios para tomar una decisión bien razonada.
En otro ámbito, los aspectos familiares son menos importantes que en nuestra cultura mediterránea. Las personas mayores son más autónomas y el sistema social está diseñado para que vivan y envejezcan solos. Esto se traduce también en un sistema sanitario más preventivo que reactivo donde los costes médicos se reducen al máximo, resultando en ocasiones chocante para nosotros la falta de empatía con los enfermos y las decisiones médicas basadas en realizar economías en lugar de privilegiar el bienestar de los mismos.
Sin embargo, en otras áreas tenemos mucho que aprender. Por ejemplo, la enseñanza en general es de muy alta calidad, especialmente a nivel universitario. Asimismo, ponen mucha atención en la enseñanza de los idiomas, siendo todos bilingües independientemente del nivel de estudios adquirido. El mercado de trabajo es muy flexible y se adapta perfectamente a las necesidades económicas, existiendo un margen de desempleo mínimo.
Un tercer aspecto que me gustaría destacar es el interés de los holandeses por las energías renovables y por el cuidado del planeta. Existe una verdadera cultura del reciclaje y de ocasionar el mínimo daño a nuestro entorno. Respetan mucho el medio ambiente y a los animales, siendo el primer país del mundo sin perros o gatos abandonados.
¿Qué conexión tienes con España actualmente?
Voy a España regularmente por cuestiones laborales, pero también personales. Con mi familia, visitamos España al menos 4 veces al año como una forma de mantener el vínculo afectivo y cultural con nuestros familiares y amigos. Además, sigo con especial interés las noticias políticas y sociales de mi país.
¿Te relacionas con españolas expatriadas en el lugar donde vives?
Bastante. A nivel laboral, los españoles somos la nacionalidad más numerosa entre los empleados de Europol, tanto a nivel policial como en servicios de apoyo. La razón es la cantidad de candidatos españoles a los puestos que ofrece Europol y, sobre todo, la calidad de los mismos, destacando su nivel técnico y de experiencia.
A nivel personal, tengo relación con un gran número de compatriotas, acudo regularmente a la Embajada a actos protocolarios y además me relaciono con el Centro Español de La Haya, una asociación sin ánimo de lucro que fomenta la cohesión de los españoles residentes aquí a través de conferencias, actos culturales, actividades diversas, enseñanza del español a nuestros hijos (a través de la Asociación de Lengua y Cultura Españolas ALCE, dependiente del Ministerio de Educación) y, por supuesto, reuniones más lúdicas con una taberna que nos permite degustar la rica variedad gastronómica de nuestro país.
Aprendizaje y Desarrollo
¿Qué valores, aprendizajes o habilidades te ha agregado vivir fuera? ¿Cómo la experiencia te ha cambiado personalmente?
Indudablemente, vivir y trabajar en el extranjero me ha aportado a nivel personal unas posibilidades que nunca hubiera tenido, o al menos al mismo nivel, si me hubiera quedado en España. El trabajo en organismos internacionales ofrece una visión de conjunto sobre aspectos profesionales (en mi caso, vinculados al crimen organizado y al terrorismo) y posibilitan brindar apoyo a mis compañeros a nivel nacional con una perspectiva distinta: análisis de amenazas y fenómenos criminales, aprendizaje de buenas prácticas en otros países, uso de mecanismos de intercambio de información, impacto en la sociedad, y más.
Además, nos ha ofrecido a mí y a mi familia la posibilidad de perfeccionar el conocimiento de otros idiomas y de tener una educación de gran calidad. A nivel personal, vivir en distintos continentes, convivir con otras culturas y aceptar la diversidad genera una personalidad ajena a prejuicios y abierta a todo tipo de innovación y de integración. Esta experiencia genuina estoy segura que será una herramienta inestimable en el desarrollo personal, social y laboral de mi hijo.
Impacto Social y Familiar
¿Cómo ha afectado tu decisión de emigrar a tus relaciones personales?
Indudablemente, vivir en el extranjero tiene un coste personal y familiar ya que no estás con las personas que quieres o no les ves con la frecuencia deseada. Allí quedaron mis padres, mis hermanos, mis sobrinos, mis amigos. Hay que prestar más atención a mantener los vínculos afectivos a distancia mediante llamadas, video conferencias y viajes. ¡La tecnología es nuestra gran aliada!
También supone un cambio en la perspectiva profesional. En mi caso, mi carrera en el exterior ha determinado totalmente lo que hubiera sido mis ascensos y cambios de destino dentro de una carrera normal en la Policía Nacional. Aun así, he continuado teniendo relaciones estrechas con los mandos y compañeros de la PN y he mantenido en lo posible una trayectoria de ascensos similar a la de mis compañeros en España.
¿Cuáles son los aspectos sociales que más añoras de España?
En cuanto a aspectos sociales, sin duda alguna la calidad de vida social y relacional que tenemos los españoles. Para nosotros, socializar, tener amigos, salir de casa, juntarnos con la familia, ponernos hablar con cualquiera en un parque o en el metro, es parte de nuestro cotidiano. No es así en otras culturas, incluso cuando hablamos de países europeos.
Te acostumbras a que esa vida social sea la excepción de los fines de semana o cuando vuelves a España de vacaciones. Lo que no echo de menos en absoluto es la obsesión de los españoles por la vida de los famosos, el cotilleo o postureo social, las revistas del corazón. Una clara ventaja de vivir en otro país es el reconocimiento de la privacidad y del espacio personal.
¿Qué recuerdos/objetos te llevarías contigo si regresaras?
Imposible de enumerar. Habrán sido más de 25 años en el extranjero, ¡más la mitad de mi vida! Conmigo me llevaré los recuerdos de esos viajes inolvidables, la diversidad de la gente con la que he tenido la suerte de cruzarme en mi camino y la sensación de que el mundo es grande pero no tanto, pues nos encontramos valores universales como el amor a los tuyos, la amistad, el respeto a los mayores y la solidaridad en cualquier lugar del mundo y como parte de cualquier cultura.
Consejos
¿Algo que hubieras querido saber antes de embarcarte en esta experiencia?
Nada especialmente. Creo que es una aventura que trae cosas inesperadas, de ahí su interés. Si hubiera planificado en exceso, no hubiera sido lo mismo.
¿Qué le dirías a alguien que está a punto de irse de su país por cuestiones laborales?
Que no lo duden y que den el salto. Una experiencia en el extranjero únicamente puede enriquecerte como persona y, seguramente, también a nivel laboral. Por supuesto habrá momentos difíciles, especialmente al principio, pero creo que merece la pena y que a largo plazo, se verán los beneficios. Además, para volver a casa ¡siempre hay tiempo!
Perspectivas Futuras
¿Cómo marcha tu plan a futuro? ¿Tienes pensado regresar?
Si, claro que he pensado en regresar y el momento se va acercando. Quiero terminar mi etapa profesional en Europol y planear la continuación de mi carrera profesional en España aunque me voy acercando inexorablemente a la edad de la jubilación, que por supuesto, pienso disfrutar en mi país. Los jubilados de media Europa vienen a vivir a nuestros pueblos y ciudades, garantía de una calidad de vida y humana sin comparación.
Pide un deseo…
Cuando miro desde el extranjero a mi país, me gustaría que desapareciera la tremenda crispación política que vivimos los españoles, difícilmente reconocible en otros países de nuestro entorno. La política ha perdido su esencia como instrumento de convivencia entre ciudadanos de distintas ideas para convertirse en un arma de desacuerdo, de enfrentamiento y de separación entre españoles. Mi deseo es que España vuelva a ser la nación plural, acogedora y vitalista que ha sido desde la transición democrática.
Hoja de ruta para no perderse en Holanda
o Una visita al Museo Mauritshuis de La Haya para contemplar “La joven de la perla’ de Johannes Veermer…
o Una escapada imperdible a los molinos de viento de Kinderdijk, cerca de Róterdam, considerados patrimonio de la humanidad por la Unesco…
o Una cafetería especial cualquier chiringuito en la playa de Scheveningen en pleno verano.
o Un restaurant con especialidades del país… las especialidades gastronómicas holandesas no merecen un restaurante…. Simplemente no existen!!
o No te vayas sin darte una vuelta en barco por los canales de Amsterdam y entrar (por pura curiosidad) a un coffee shop
o Llévate de recuerdo una pieza de porcelana de Deft