La primera referente de Esther Gil Portuondo fue Dana Scully, la agente especial de Expedientes X. «Una científica brillante, inteligente, valiente, empoderada, y que era todo aquello que siempre se les había reservado a los hombres», así la recuerda, porque así quería ser ella.
Desde chica se interesó por el medio ambiente y las nuevas tecnologías, dos intereses que pronto la hicieron adentrarse al mundo científico. Así fue como llegó a ser licenciada en Ciencias Ambientales, especialista en Sistemas de Información Geográfica y experta en teledetección. Actualmente es la directora de Tecnologías Geoespaciales de Xcalibur Smart Mapping, una empresa que mapea los recursos naturales por todo el mundo.
En esta entrevista con Mujeres y Cia, Esther Gil cuenta cómo fue el camino que la llevó hasta donde se encuentra hoy, cuáles fueron los desafíos que enfrentó y cómo hizo para superarlos. «Todas las cosas importantes en mi carrera profesional han venido después de retos que no me veía capaz de lograr y que me han permitido demostrar, al resto, pero sobre todo a mí misma, que tengo la capacidad, el conocimiento y la actitud para romper mis propios límites», dice.
Esther Gil: «Las tecnologías geoespaciales te permiten estar en cualquier parte del mundo»
¿Podrías contar lo más importante de tu trayectoria profesional hasta llegar a ser la Directora de Tecnologías Geoespaciales en Xcalibur?
Podría decir que mis comienzos determinaron mucho mi trayectoria laboral. Durante gran parte de mi carrera he trabajado en consultorías pequeñas en la que aprendes mucho, comprendes que todos los problemas tienen una solución y adquieres herramientas para enfrentar casi cualquier reto. Ese aprendizaje me permite afrontar mi labor actual de una manera mucho más resolutiva y empática para con mi equipo.
«Todos los problemas tienen una solución y adquieres herramientas para enfrentar casi cualquier reto»
¿Quiénes han sido tus referentes cuando eras niña? ¿Quiénes son ahora?
Cuando era niña no nos enseñaban nada acerca de mujeres científicas que pudieran ser referentes. Las figuras de las que nos hablaron, como por ejemplo Marie Curie, nos resultaban figuras lejanas, con las que era muy difícil identificarse. Al no tener esas referencias en la escuela, mis referentes mujeres estaban en el cine, los libros o la televisión. Recuerdo especialmente a Dana Scully, de la serie de ciencia ficción Expedientes X. Una científica brillante, inteligente, valiente, empoderada, y que era todo aquello que siempre se les había reservado a los hombres. En ese momento, pensé que quería hacer lo que ella hacía. Supe que las ciencias también podían ser para mí y que no había roles que no pudiera ejercer.
Hoy en día, aunque también sigo teniendo mis referentes en la ficción, sigo con gran interés la nueva generación de mujeres jóvenes que invierten los roles de género tradicionales. Mujeres como Sara García Alonso o Alba Moreno son mujeres inspiradoras y grandes divulgadoras científicas, que rompen con el estereotipo de mujeres científicas escondidas bajo unas gafas y un microscopio, y que se han convertido en las Scully de carne y hueso para las nuevas generaciones.
«Supe que las ciencias también podían ser para mí y que no había roles que no pudiera ejercer»
¿Cómo describirías un día en tu lugar de trabajo?
En un día normal de trabajo yo estoy viajando, pero no físicamente. Lo bonito de las tecnologías geoespaciales es que te permiten estar en cualquier proyecto, en cualquier parte del mundo, observando y analizando los problemas de lugares lejanos -desde desiertos a bosques amazónicos-, y dando respuesta a los retos a los que nos enfrentamos en nuestros proyectos en los 6 continentes.
¿Qué dificultades has encontrado en tu carrera por ser una mujer en un sector predominantemente masculino?
Me gustaría decir que no he encontrado dificultades a lo largo de mi carrera laboral pero la realidad es que la brecha de genero ha estado presente toda mi vida. Desde hechos más patentes y objetivos -como cobrar menos que mis compañeros hombres, o ser la única mujer en una reunión técnica de responsables de departamento-, a otros hechos menos visibles como la falta de autoridad por ser mujer, el que nuestra opinión científica parezca menos válida y tengamos que apoyarla en muchos más argumentos, o el que nuestra vida personal sea juzgada en un ambiente completamente laboral.
¿Cómo has superado estos desafíos y qué estrategias has utilizado para avanzar en tu carrera?
Intentando hacer un buen trabajo, siendo rigurosa en los proyectos, enfrentando a nuevos retos profesionales, luchando día a día con el síndrome del impostor, que gran parte de las mujeres seguimos arrastrando a pesar de nuestros logros.
¿Qué consejo le darías a las jóvenes interesadas en seguir una carrera en tecnologías geoespaciales o en campos STEM en general?
Mi primer impulso sería decirles que no tengan miedo a afrontar nuevos retos, que se atrevan a aquello de lo que no se ven capaces, que den el salto y que lo intenten. Todas las cosas importantes en mi carrera profesional han venido después de retos que no me veía capaz de lograr y que me han permitido demostrar, al resto, pero sobre todo a mí misma, que tengo la capacidad, el conocimiento y la actitud para romper mis propios límites. Pero en realidad, mi mejor consejo sería que no intenten adaptarse a un mundo masculino, que no se escondan como mujer, ni dejen que su personalidad sea juzgada desde un prisma estereotipado.