El morir un ciclo biológico permanente

Si pensamos en el Hombre del neolítico que se admiraba al no comprender los fenómenos de la Naturaleza, muriendo todo en invierno y renaciendo en primavera, podríamos decir que allí había magia y  religión. Magia era en esos tiempos cohabitar  la naturaleza y ayudarla a  renacer. Religión creer que todo era un Dios distinto y que todo poseía espíritu, ellos al igual que los egipcios con  el embalsamamiento y la momificación a manera de preservar  la integridad del individuo en la vida futura, estaban más preparados que nosotros para afrontar la muerte.

“El conocimiento siempre crea áreas de seguridad y razonamiento lógico en el individuo”Hoy en el siglo XXI,  rituales llenos de magia y fantasía, donde existe la cura de las heridas y habitualmente el muerto resucita, es el juego recurrente de los niños quienes  a través de la observación ponen al sueño como disfraz de la muerte y a la acción y el dinamismo como la vida misma.

Esto ocurre durante la primera infancia y en estos juegos recurrentes se superan los egocentrismos, se afianzan las capacidades de ayuda y compasión por el otro llegando inconscientemente a adquirir la necesaria conducta empática. Sin embargo, a partir de los diez años el entorno cultural hace nacer los miedos socializados y el miedo a la muerte es uno de aquellos. La desesperanza y la negación a aceptar que una ausencia pueda ser definitiva  es   común en los niños y son rasgos que permanecen y a veces se agudizan en los mayores.

Desde temprana edad aprendemos a través de las religiones, que hay una vida diferente que nos espera, una vida más placentera, una vida  de tranquilidad, pero vivimos en una época donde  reina la imagen y por ello el movimiento de la razón va a menudo hacia lo superficial, lo efímero; la idea de muerte como concepto básico, como realidad, se va revistiendo de representaciones que nunca llegan a atrapar su significado verdadero. Además los  medios al especializarse en Programas de impacto, han agudizado y propiciado la  internalización de  imágenes y emociones frustrantes que ya forman parte de nuestra memoria  habitual, esto nos ha familiarizado en forma poco óptima con el tema, y la sensación generalizada es de angustia.

Los pinceles están a la mano, el color y el matiz es a elección.Estando en los albores de una nueva era, debiéramos romper con este tabú, con esta temática que eludimos con cualquier pretexto así como lo hicimos con la sexualidad. Si desde las aulas se incluyera la Muerte como un contenido educativo más, se estaría enseñando a vivir completamente, ya que este hecho forma parte de un ciclo biológico. Ciertamente, el misterio no se resolverá con estas medidas, pero podríamos internalizar más gratamente la idea, llegar a una  conclusión más llevadera, apagar la ansiedad y el miedo que provocan nuestras fantasías. “El conocimiento siempre crea áreas de seguridad y razonamiento lógico en el individuo” El ejercicio constante del vivir nos acredita como excelentes guerreros, seguro que afrontaremos dignamente esta tarea. Los pinceles están a la mano, el color y el matiz es a elección.

Yo me quedo con el razonamiento de mi Hijo al despedirse de la Abuela Iris…..”Cada familia es como un rosal, el tronco nos unifica .En la mata van muriendo y naciendo siempre rosas nuevas, esto no significa separación sino más bien transformación”

*Carmen Bustamante Saavedra es Bachiller en Letras. Imparte Cursos de Inglés en el Departamento de Educación Continua de la Universidad Santo Tomás. Actualmente presta servicios en la Secretaría Ejecutiva de Cumbres en el Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile
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