Pensar es un acto íntimo y personal, re-pensar es colectivo. Re-pensamos cuando planteamos nuestras razones y argumentos, nuestras dudas y contradicciones… y las ponemos a debate para crecer, para enriquecerlas para evolucionar. Y esto es lo que he hecho con un grupo de 12 hombres de edades, profesiones, estudios y orígenes muy diferentes.
He sentado en la misma mesa hombres de 3 generaciones diferentes y que por estudios, profesión, educación y vidas tienen una opinión que me parece relevante sobre la actualidad y la sociedad. Hemos hablado sobre feminismo. Qué es ser feminista hoy y si creen que lo estamos haciendo bien o cómo podemos hacerlo mejor. También hemos hablado de si ELLOS lo creen de verdad o es sólo un tema de moda, de corriente y de cogerte a la Ola que en cada momento marca tendencia y te hace ser más Cool.
He constatado que la educación es la base de lo que seremos cuando seamos adultos, que lo que vivimos y vemos en casa marca muchísimo y que sobre todo el hombre está en la parte aventajada y ganadora y muchas veces no es consciente. Cuando provocamos el debate es maravilloso como -el hombre- se da cuenta y reconoce con una valentía y humildad alucinante que es muy cómodo ser hombre (y machista) y que venimos de un relato hegemónico y que hay que romperlo. Hay que decir, comentaron algunos… aunque creo que no, también soy machista porque perpetuo ciertas injusticias, porque ya me está bien donde estoy y porque es más cómoda mi situación que la tuya.
Hagamos juntos la revolución, vayamos al feminismo en positivo. ELLOS quieren y están convencidos de que es un movimiento irreversible, que esto sólo puede ir adelante y que no podemos parar. Con amabilidad, sin lucha ni ataque ni agresión, pero si con firmeza, con intención y con dirección. Con estrategia y objetivos claros, medibles.
Hay que incorporar a la mujer en todos los ámbitos, con respeto, paridad y nos corresponde romper esta dinámica «ventajosa» donde porque siempre se ha hecho así de una manera orgánica ya se normalizará… ¡Mentira!. Solamente cambiando decisiones cambiaremos la dinámica y los resultados. Debemos forzar nuevas realidades para tener nuevos futuros. Como podrían ser las cuotas. La maternidad fue un tema polémico porque se la penaliza y recae sobre la madre. Por otra parte sin mujeres no crece la sociedad, por lo tanto tenemos que replantear cómo hacerlo convivir.
Ellos han insistido mucho en que no podemos hablar justamente de Ellas y Ellos, tenemos que hablar de NOSOTROS; porque no quieren hacer dos bandos, no quieren que nos enfrentemos porque están cansados del ataque y de sentirse amenazados. Están en deuda con ELLAS, quieren formar parte de esta nueva corriente, revolución y evolución; quieren re-pensar el feminismo con nosotras. Incluso se sienten feministas, pero en positivo, y con mucho cuidado de qué forma y qué no forma parte de esta revolución. Todo no puede caber en el saco del feminismo y eso nos tiene a todos y a todas un poco despistados.
Estuvieron relajados, lúcidos y contentos de formar parte de esta conversación que hasta ahora les ha tenido excluidos. Parafraseando uno de los comensales y contertulios, «debemos pasar de que sea un tema del subconsciente al consciente y de minorías a la mayoría». ELLOS, vosotros, sabéis que estamos en un cambio y evolución irreversible y queréis en 1ª persona ser protagonistas de este cambio en positivo haciendo cosas cada día para ELLAS, para nosotras.
