Tras la renuncia de Antonio Palocci, número dos del Gabinete de la presidenta brasilera Dilma Rousseff, los analistas políticos de primera línea se preguntan si la crisis en la credibilidad del gobierno desatará la incertidumbre en materia económica. El funcionario fue reemplazado por la joven abogada Gleisi Hoffmann.
Resulta difícil evitar recordar cuando debió renunciar uno de los ministros más importantes del ex presidente Luis Inazio Lula Da Silva. En el caso de Palocci, la situación se precipitó cuando – después de 19 días de silencio – decidió dar un entrevista televisiva en el programa de mayor audiencia y no logró explicar cómo pudo multiplicar por 20 su patrimonio personal en tan sólo cuatro años. En su defensa esgrimió una frase: "Es imposible probar lo que uno no hizo", pero no fue suficiente para salvar su pellejo.
La presidenta Dilma Rousseff no cuenta con operadores políticos que respondan sólo a ella y que sean capaces de mantener unida a la coalición de gobierno. Se trata de un escándalo a tan sólo 5 meses del nuevo Gobierno. Palocci le había sido impuesto a Dilma por Lula, como garante de la continuidad del rumbo económico del gobierno. Su presencia prometía mantener la tranquilidad de los empresarios. Y la renuncia al Ministerio de Hacienda del gobierno de Lula ante la sospecha de irregularidades parecía ser cosa del pasado.
Varios diarios indican que la presidenta le comunicó a sus colaboradores más cercanos que sospechaba que las denuncias provenían del propio partido de gobierno, del Partido de los Trabajadores. Con estos datos, y el nombramiento de Gleisi Hoffmann como reemplazante en el cargo que dejó vacante Palocci, hay quienes sospechan que se trata de un gesto de la mandataria por independizarse de su jefe político.
Sin embargo, la presidenta no cuenta con operadores políticos que respondan sólo a ella y que sean capaces de mantener unida a la coalición de gobierno. Además, en un proceso de defensa de los intereses nacionales y latinoamericanos como el que enfrenta Brasil resulta difícil sospechar que quien se encuentra en el comando de las decisiones nacionales puede arriesgarse a perder la protección política en medio de una crisis de esta magnitud.
Hoffmann es una abogada que tiene un perfil más cercano a la gestión que a la política. No es conocida popularmente, y es senadora como representante de una nueva generación de jóvenes que incursionan en la política.
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