Diana Cazaux: ´El CONICET cuenta con un 50% de científicas´

Diana Cazaux es Presidenta de la Asociación Iberoamericana de Periodismo Científico y acaba de publicar su segundo libro: “Historia de la divulgación científica en la Argentina”, por la Editorial Teseo. Tiene 59 años y nació en el barrio porteño de San Telmo en Argentina. Es viuda y no tiene hijos. “Pero sí tres sobrinos maravillosos…Además de dos gatos próximos a cumplir los 20 años, a los que adoro”, remarca. Se describe coma una persona muy luchadora, que no amaina a la hora de tener que enfrentar una actividad por compleja que pueda parecer.

¿Cómo has llegado a especializarte en divulgación científica?
Empecé estudiando bioquímica en la Universidad de Buenos Aires, porque tenía buen promedio, me iba bien. Mi compañera del colegio, estudió bioquímica y ella terminó. En cambio yo, cuando estaba promediando la carrera, y mis notas no eran excepcionales, decidí hacer un test de orientación vocacional, y el psicólogo me dijo que hiciera letras o periodismo. Finalmente egresé en 1976 con el título de Licenciada en Ciencias de la Información y Opinión por la Universidad del Museo Social Argentino. Mientras cursaba el segundo año conseguí trabajo como redactora y colaboradora para una editorial. Cuando egresé ya tenía el carnet profesional, gracias a los dos años de aportes. Y empecé a hacer colaboraciones en la Editorial Julio Korn, me tomaron para una de las publicaciones y terminé siendo Jefa de Redacción.

Cuando presenté el temario en la editorial, ya casi todos eran temas de salud. Y yo, sin saber que se llamaba así, ya estaba incursionando en el periodismo científico.  ¿Y ya habías ligado las dos cosas?
Cuando presenté el temario en la editorial, ya casi todos eran temas de salud. Y yo, sin saber que se llamaba así, ya estaba incursionando en el periodismo científico. Después me presenté en una beca para la OEA/CIESPAL (Centro Internacional de Estudios Superiores en Comunicación para América Latina), donde hice la especialización en periodismo científico. En paralelo  trabajaba en Perfil. En el 84 preparé mi primer curso, en el Centro de Becarios de la OEA, que era sobre comunicación institucional. Que fue un éxito, y tuve que dictarlo tres veces. Después de eso, con igual éxito, organicé un curso de periodismo científico. Tengo esas dos especializaciones, y muchas veces lo mezclo. Por eso mi libro, tiene un capítulo sobre comunicación institucional en ciencia.

¿Y cómo llegaste a presidir la asociación?
Bueno, dicté cursos hasta 1993, porque entonces me nombraron Secretaria General de la Asociación Argentina de Periodismo Científico, y en 1996, presidente, cargo que sigo manteniendo. Ese año se organizó en Santiago de Chile el VI Congreso Iberoamericano de Periodismo Científico. El decano de la facultad donde trabajo, me beca y me encarga que intetara que la próxima edición del Congreso sea en la Universidad de Morón. Y esto resulta aprobado. Después me vi en el grave problema de organizarlo, en el 2000, un año terrible. Por haber organizado este VII Congreso soy la presidente de la Asociación Iberoamericana de Periodismo Científico.

¿Cuál es la situación de las mujeres en el periodismo científico y en la ciencia? ¿Y las mujeres académicas?
Yo no me he sentido discriminada por ser mujer ni ejerciendo el periodismo científico, ni como científica ni como académica. Pero esto no quiere decir que no ocurra. La realidad es que tanto el periodismo (en general), como la ciencia o la actividad académica han dejado de ser una tarea atractiva por lo rentable por lo que los hombres ya no se interesan, como en otro tiempo, por estas áreas. Hoy en el CONICET existe un 50% de científicas. Es decir, que la mujer ha podido llegar a estas “alturas” no fundamentalmente por conquistas sociales, si no por un hecho puramente económico.

¿Cómo concilias el trabajo y la vida personal?
Por empezar, modestamente, soy muy trabajadora y me gusta organizarme. Soy puntual, respeto mucho mi tiempo y lo hago notar cuando esto no es tenido en cuenta.

Hoy en el CONICET existe un 50% de científicas. Es decir, que la mujer ha podido llegar a estas “alturas” no fundamentalmente por conquistas sociales, si no por un hecho puramente económico. Cuéntanos cómo es tu vida cotidiana.
Doy clases en la Universidad de Morón casi todos los días y también trabajo en una investigación para esta universidad. Además, escribo artículos para revistas científicas de la especialidad. Frecuentemente viajo al exterior a dictar conferencias, cursos y seminarios sobre comunicación de la ciencia. Todos los días le dedico un tiempo a redactar mi tesis doctoral. El Doctor Pedro Luis Barcia, mi director de tesis ha logrado su propósito: que me haga adicta a mi trabajo de tesis. Además, voy regularmente al gimnasio y me gusta caminar. Hago las compras, cocino y acomodo mi casa. Para relajarme tejo al crochet y a 2 agujas, vengo de madre y tías muy habilidosas y ellas dicen que “salí buena” para las artesanías. Me da mucho placer que me alaben una prenda tejida por mí y poder decir “yo me lo hice”.

¿Cuál es tu próximo desafío?
Escribir un próximo libro del que ya tengo el título y el Índice.

Cuestionario Express

Otras actividades que ocupen su tiempo: Me encanta cocinar los domingos e invitar a almorzar a mi familia. Pero tienen que ser recetas nuevas que hago por primera vez el día que los invito a comer, contra lo que recomiendan, que es practicar antes. Pero hasta ahora siempre todos los platos han salido muy bien y no se han quejado…
Una frase que utilice habitualmente: “Nadie dijo que fuera fácil”.
Admira en la gente: La voluntad de superación.
Qué cosas la motivan en el trabajo y en la vida: Poder haber trabajado siempre en lo que me gusta y disfrutar inmensamente con ello. Amo los animales, la naturaleza, el mar y estar en paz conmigo misma.
Un libro: “Cazadores de microbios” de Paul de Kruif, según una encuesta muchos investigadores se decidieron a serlo luego de haber leído en su adolescencia este libro.
Un autor: Howard Gardner, recomiendo “Las cinco mentes del futuro”
Una película: “La marcha de los pingüinos”, de Luc Jacquet, el documental que ganó el Oscar en el 2005.
Una música: El tango “Los mareados”, con música de Juan Carlos Cobián y letra de Enrique Cadícamo.
Un artista: Ernesto de la Cárcova, en particular su obra: Sin pan y sin trabajo.
Plato preferido: La tortilla de papas que hacía mi abuela catalana, por parte materna.
Un lugar al que volvería: A viajar en el tren del fin del mundo, en Ushuaia.
Un perfume: El de la albahaca. También el de la madera recién cortada, quizás sea porque mi padre era carpintero.

Diana Cazaux
Es licenciada en Ciencias de la Información y Opinión, Universidad del Museo Social Argentino y doctoranda en Comunicación, Universidad Austral.

Como docente trabaja en la Universidad de Morón es Investigadora Principal, Consejera Académica  y Profesora Titular en la Facultad de Informática, Ciencias de la Comunicación y Técnicas Especiales. También profesora del Seminario de Periodismo Científico, de la Universidad del Salvador. Y Directora de tesis de maestría en Comunicación de las Organizaciones de Facultad de Comunicación Universidad Austral. 

Ocupa la presidencia de la Asociación Iberoamericana de Periodismo Científico y de la Asociación Argentina de Periodismo Científico.

Es editora para la Argentina de Scientific American Latinoamericana, redactora de la Galería de Científicos del portal Universia Argentina. Ha publicado dos libros: “Historia de la divulgación científica de la Argentina”, editorial Teseo y “El ADN del periodismo científico. El reportaje interpretativo”.

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