El duelo por una «des-amistad» llevado al teatro: la historia de ‘Tengo hambre es jueves’

La obra Tengo hambre es jueves debutó el pasado 8 de agosto en el Teatro Lara de Madrid y estará disponible durante todo septiembre. Ha sido reconocida en el Festival MUTIS 2024 de Barcelona, donde ganó los premios a mejor montaje y mejor dirección. Se trata de una producción de La Peatonal, compañía teatral a cargo de Flavia Forni e Iciar Ventepan, quienes conversaron con Mujeres y Cia.

Foto: Isabel Méndez

Flavia, ¿qué te inspiró a escribir y producir ‘Tengo hambre es jueves’? ¿Cómo fue el proceso creativo de llevar una vivencia personal a un montaje teatral?

El tema de la «des-amistad» ha estado muy presente en mis pensamientos desde hace bastante tiempo. Al final son relaciones igual o más importantes que las relaciones amorosas; nos acompañan muchos años, se comparten vivencias, recuerdos, lugares, canciones.

Tengo hambre es jueves es una mezcla de muchas amistades y des-amistades que he tenido a lo largo de mi vida, a veces he sufrido más por la pérdida de contacto con una amiga querida que por desamores. Por otro lado, en la obra también se habla de la dificultad al empezar dentro de las carreras artísticas, Fran y Aris se dedican a la interpretación y a la fotografía/artes plásticas respectivamente, y en esta historia les acompañamos a cada uno mientras intentan hacerse un huequito en la industria. ¡Un poco como nosotras!

«Tengo hambre es jueves es una mezcla de muchas amistades y des-amistades que he tenido a lo largo de mi vida»

El proceso creativo ha sido una gozada. Desde el primer momento que nos juntamos con Asier Albertos (el actor que hace de Aris) y Jaime Cano (director), ha sido la escalada de una montaña preciosa y muy gratificante. Los dos han abrazado el universo de Tengo hambre es jueves con el mayor cariño, rigor y energía que esta obra puede necesitar. Ha sido un bebé que hemos ido cuidando entre los tres y que ahora seguirá creciendo en estas semanitas que estaremos en el Teatro Lara. Creo que llevar esta vivencia personal al montaje con la ilusión y la alegría que lo hemos hecho ha sido porque ellos han confiado mucho en la historia que yo les he propuesto. Y claramente ellos le han dado todo el sentido. No podría estar mejor acompañada.

Foto: Isabel Méndez

¿Qué significó ganar el premio a mejor montaje y mejor dirección en el Festival MUTIS 2024 de Barcelona? 

Iciar: ¡Pues una alegría enorme! Siempre he confiado muchísimo en el texto y trabajo de Flavia, y creo que tendrá una larga vida. Una larga vida a la que Jaime Cano, director de la pieza y nuestro director fetiche de la compañía, ha conseguido dar una forma bellísima y llena de ternura, aunque un poco agridulce también. ¡Como la vida misma! Ganar en el Mutis fue también una manera de recordarnos que algo estamos haciendo bien y que este es el camino. A veces hace falta. Recibí la noticia sintiéndome orgullosísima de mis amigos, y espero que sea el primero de muchos premios para La Peatonal

Flavia: Lo más emocionante fue poder ir hasta Barcelona y encontrarnos con la sala Carro de Baco llena. Siendo una compañía madrileña y de reciente formación no nos esperábamos el recibimiento que tuvimos, fue una noche increíble. Sentimos que el público estaba entregadísimo, y como siempre nos pasa con esta obra nos encantó ver a gente más mayor disfrutando y compartiendo con nosotros las complicaciones de los veinteañeros. Además, el trato con el Festival Mutis en general fue maravilloso y nos sentimos como en casa desde el minuto uno, y ya cuando ganamos no dábamos crédito.

«Nos encantó ver a gente más mayor disfrutando y compartiendo con nosotros las complicaciones de los veinteañeros»

¿Cómo nació la idea de fundar La Peatonal?

Iciar: Pues nace desde el abismo profesional de una actriz que acababa de graduarse. Qué hacer con tu vida y, más específicamente, con tu profesión es una buena pregunta que hacerse. Llamé a Flavia porque ella es una tía muy trabajadora y con una visión teatral que compartía y sentía que si nos juntábamos, iba a salir algo muy interesante. La admiro muchísimo. Y bueno, el resto es historia. Con tan solo un año desde la creación de La Peatonal, siento que no podíamos estar mejor acompañadas. Flavia es mi gran amiga y compañera, en lo que está siendo una de las experiencias más bonitas de mi vida. Jaime Cano es no solo un gran actor y director, sino una de las semillas del nuevo teatro. Y junto con Isabel Méndez, nuestra fotógrafa, amiga, y navaja suiza, con quien hemos contado desde el principio, fuimos poco a poco creando equipazo. 

Flavia: Para mí la llamada de Iciar fue como una señal del destino que las cosas iban a ir bien, Tengo hambre es jueves ya se estaba empezando a gestar y nos preguntábamos con qué nombre nos presentaríamos a los teatros. Cuando Iciar me llamó, dije que sí al instante, ya habíamos hecho un pequeño proyecto juntas y me quedé impresionada de su ética, diversión y compromiso con el teatro. Una de las mejores decisiones que he hecho ha sido fiarme de mi instinto en aquellas primeras reuniones porque claramente me daba muy buena espina y ahora poder compartir este sueño de hacer teatro con una amiga tan querida es todo un lujo. El teatro es comunidad. No hay nada si no lo creamos en conjunto, si no creemos que el teatro es algo plural.

«La Peatonal nace desde el abismo profesional de una actriz que acababa de graduarse»

¿Cómo veis la evolución del teatro contemporáneo en España y cuál creéis que es el papel de compañías emergentes como La Peatonal en este contexto? 

Iciar: Creo que hay gente haciendo cosas increíbles, especialmente jóvenes, pero falta apoyo en la profesión. Hay muchísimo talento, pero falta el apoyo y la dignificación de la profesión. Creo que hay que empaparse de artistas emergentes, hay un nuevo teatro del futuro que se está gestando, pero tienen que darnos esa oportunidad. Si no, esto no funciona. Quiero pensar que actualmente en el teatro contemporáneo estamos, poco a poco, creando una línea de referentes.

Flavia: Claramente en esta opinión Iciar y yo estamos en una línea prácticamente igual. Me gustaría añadir que aunque vemos muchos de nuestros referentes haciendo un nuevo teatro, investigando con otros lenguajes escénicos y haciéndose un huequito, no queremos que la norma de «artistas emergentes» sea de tener 40 años y con toda una carrera detrás que los avala. Y sabemos que está difícil, sobre todo después del batacazo que ha sido para las artes escénicas la pandemia, pero justamente creo que la remontada de las compañías emergentes que estamos empezando a ver en festivales o programaciones es que tienen el papel fundamental de exhibirse y plasmar su arte como sienten honestamente, para seguir enriqueciendo el panorama teatral español con toda la variedad y trabajo posible. 

«Hay muchísimo talento, pero falta el apoyo y la dignificación de la profesión»

Como jóvenes creadoras y empresarias, ¿qué desafíos habéis encontrado en el camino y cómo los habéis superado?                                         

Iciar: Lo cierto es que hemos encontrado obstáculos, muchos, pero menos que si hubiésemos hecho esto solas. ¡La unión hace la fuerza, supongo! Aunque sí que es cierto que a nivel burocrático ha sido un poco locura (la Agencia Tributaria es un infierno que nadie te ha explicado). Eso al principio nos costó muchísimo; con el tiempo, cada vez somos más business women. Mucha falta de recursos, algún que otro “no” y dificultad para hacerte un huequito en el panorama. Pero bueno, ¡poco a poco!   

Flavia: Principalmente a nivel burocrático, los trámites para sacar adelante una compañía son tediosos, no imposibles pero, sí pueden hacerte perder la poca paciencia que tenemos. De todas maneras, creo que ante todo nos hemos ahorrado muchas más dificultades porque Iciar y yo, y en este caso también incluyo a Jaime Cano, desde el primer momento hemos intentado ser lo más organizadas posibles. Gracias al hecho de tomarnos muy en serio nuestras primeras reuniones organizativas, los plazos que nos auto-imponíamos o las estrategias para enterarnos de las convocatorias, creo que nos ha ahorrado muchos más dolores de cabeza.

Sobre la obra

En un jueves como cualquier otro, Fran y Aris, dos amigos inseparables desde hace años, se encuentran en un momento de sus vidas donde todo parece tambalearse. A pesar de haber compartido risas, lágrimas y aventuras inolvidables, ahora se enfrentan a una desconcertante realidad. ¿Por qué os sentís perdidos en medio de nuestra propia existencia? ¿Desde cuándo comenzamos a sentirnos así?

En medio de la confusión y la incertidumbre, una frase emerge como símbolo de esa compleja maraña de emociones: «Tengo hambre es jueves«. ¿Qué significa realmente esta enigmática declaración? Quizás sea una metáfora de esa sensación de insatisfacción que a veces nos consume, aunque el día en el que ocurre sea aparentemente irrelevante.

Fran y Aris se enfrentan a la realidad de que, a veces, nuestras propias emociones y deseos nos resultan desconocidos e inexplicables. ¿Por qué ya no anhelamos lo que antes nos hacía felices? ¿Cómo hemos llegado a este punto de desencanto?

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