Darwinismo socio-espiritual vs Gandhi

Hace no mucho me vi insultado por un señor desconocido en facebook, que creyéndose en posesión de la verdad, me llamaba “hipócrita» porque «me ocultaba de la realidad y no me sinceraba con la vida”. Todo, desde el tono del gran gurú que se afanaba en repartir información sobre por qué debemos ser veganos, y lo malo de comer vacas, y matarlas.

Sin embargo, mi única queja era sobre un tema muy puntual: usar la imagen de una vaca que se va a comer un bebé descuartizado, me parecía obscena y me hería doblemente como padre de dos bebés.

Su tono fue, además de hiriente, arrogante, cero tolerante, chulesco y en posesión absoluta de la verdad. Me quedé enfadado, me metí en la cama, medité un buen rato para resetear, pero luego en sueños volvía a aparecerme y me pregunté el por qué. Con su discurso, no solo no me había convencido, sino que me había dejado con sensación de agresión.

Creo que entre todas las agresiones que recibimos, debemos incluir las agresiones “espirituales”.

Creo que entre todas las agresiones que recibimos, debemos incluir las agresiones “espirituales”.

El problema de los buscadores de la verdad, es que a menudo, cuando encuentran un retazo de ella, porque la VERDAD entera no se encuentra nunca y si se atisba algo, luego se olvida rápidamente. Cuando eso sucede, creen que consiguieron ser Dios, y que desde ese momento de supuesta experiencia mística, su palabra por ende es superior. Así se meten a integristas o fanáticos violentos, cada vez más lejos de la verdad que defienden, a ojos de todos menos de ellos mismos.

Gandhi  sostenía que “La Verdad es Dios”, en lugar del extendido “Dios es la verdad”.

Pensemos por ejemplo en talibanes que condenan a muerte a una mujer por haber sido violada. No creo que esta gente es mala por naturaleza, es que realmente piensan que tienen razón. Están atenazados por su propia “verdad”; creyéndose maestros, distan mucho de serlo.

Igual pasa aquí con tantos buscadores, terapeutas, yoguis, maestrillos, ángeles y gurús del facebook. El problema no está en las sagradas técnicas que usan con más o menos fortuna, el problema está en creer que algún día dejarán de ser humanos para convertirse en Dios, si se esfuerzan. Espiritualidad, Verdad, Amor y Autoestima son otra cosa, créanme.

Concluyo con todo esto pensando que aún siendo muy humano, es realmente lamentable que gente con tan buena intención (talibán es el que estudia la palabra de Dios) acabe tan mal. Gente que en realidad, trata de ser mejor persona y de vivir en más armonía con el mundo.

Así, el superhombre de Nietzsche y su pervertida interpretación por el nazismo, están de rabiosa actualidad en la nueva era: tanto buscador, necesita una recompensa, y ésta es primero sentirse mejor que los demás, creerse un superhombre, y después como buen darwinista social, toca devorar al entorno controlándolo, manipulándolo, llevándolo a su terreno, dominando, creando adeptos, discípulos que adoren a  Dios o lo que es lo mismo a su palabra, que son ellos.

Estos gurús y las sectas que montan usando técnicas sagradas son una perversión espiritual. El problema no está en el veganismo, por ejemplo, que es muy interesante y más que recomendable para mucha gente al menos en una etapa de su vida. El problema, como siempre, está en la oscuridad del que se cree portador de luz. Recemos, cada uno a su manera, porque la tolerancia y la caridad, imbuya cada vez más a todos, y bajo el respeto mutuo, evolucionemos hacia el superhombre espiritual que los tiempos están demandando y que al contrario del “Darwinismo socio-espiritual”, cuide de todos con verdadero Amor.

*Jorge Urrea es autor de www.psico-tao.com

 

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