Cinco claves para evitar la depresión en personas de la tercera edad

La etapa de la vida que comprende la tercera edad es una etapa complicada, frecuentemente, a nivel emocional. Suceden acontecimientos estresantes como la pérdida de seres queridos, la falta de autonomía que causa “el hacerse viejo”, el sentimiento de inutilidad, el cambio de domicilio (si han de ir a vivir a casa de un hijo o a una residencia). Todos estos cambios son factores de riesgo para que aparezca una depresión. Desde Lepant Residencial se dan los consejos para evitar la depresión en esta etapa de la vida.

Si el anciano tiene una buena cobertura familiar, de apoyo y comprensión, y si mantiene una actitud positiva y de aceptación para afrontar los cambios que aparecen en la tercera edad, su estado de ánimo se mantendrá estable. Pero muchas veces no es así, las personas mayores se deprimen durante esta etapa, y hay que ayudarles a volver a tener ilusión por la vida mediante psicoterapia y farmacología.

Desde Lepant Residencial se dan las claves para no caer en la depresión en esta etapa de la vida

En este sentido, los cuidadores principales o familiares de las personas mayores, son los responsables de ayudar al anciano para que no llegue a un estado depresivo. Existen actuaciones que ayudan a evitar el estado de ánimo deprimido. En primer lugar, “el apoyo al anciano durante todo el proceso de la vejez. No podemos evitar que sucedan los cambios fisiológicos propios de esta etapa, como la pérdida de visión o de oído, pero podemos acompañarlo en el proceso, escucharlo y mostrar comprensión, e incluso reírnos juntos sobre la nueva situación”, comenta Alba Ribas García, Psicóloga Lepant Residencial.

Además, es muy positivo que el anciano se relacione con personas de su misma edad, por ejemplo, acudiendo a un casal para personas mayores, a un centro de día, a reuniones de amigos, a clubs de lectura o de costura. En estas “terapias de grupo” los ancianos pueden compartir su situación con otros a los que les están sucediendo los mismos cambios, expresar sus sentimientos y darse cuenta de que no están solos para afrontarlos.

Otro factor protector de la depresión en el anciano es la actividad, “mantenerse activo el mayor tiempo posible. Hacer clases de gimnasia, talleres de memoria, salir a pasear, coser, o hacer pasatiempos”, añade Ribas. El ejercicio físico mejora el flujo sanguíneo y promueve el buen estado de ánimo.

A nivel nutricional, existen una serie de alimentos que pueden ayudar a prevenir el estado anímico deprimido, como el pescado azul, la avena, el arroz integral y la fruta rica en vitamina C como el limón, la naranja y el kiwi. Es muy beneficioso el uso del jengibre, pues ayuda al cerebro a liberar endorfinas.

Por último, pero no menos importante, está el hecho de proporcionar al anciano ratos para tomar el sol y muchas risas. Reír es muy beneficioso para mantener el estado de ánimo positivo, la risa no debe faltar en ninguna etapa de la vida. 

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