El camping es una forma específica de alojamiento, con sus defensores y detractores, que permite disfrutar de las vacaciones, y que resulta más cómodo de lo que podría parecer. Basta con darse un paseo por cualquiera de los más de 700 que permanecerán abiertos este verano para contemplar la moderna y variada infraestructura con la que cuentan: tiendas-chalé con estancias independientes, otras que se montan en sólo 25 segundos, autocaravanas que incorporan la última tecnología, bungalows de diseño, tipis indias…
Ha ganado en calidad y es una de las formas más económicas de viajar, y quizá la más divertida y práctica para familias con niños. Pero, como ante cualquier otra opción de alojamiento, conviene conocer los derechos y deberes como usuarios, así como lo que los campings deben cumplir y ofrecer.
Que la experiencia sea positiva y cumpla con las expectativas dependerá en buena medida del estado en el que se halle y de la calidad y diversidad de los servicios que ofrezca. Disfrutar de las vacaciones bajo el toldo de una tienda de campaña o el techo de una caravana puede resultar extraño a muchas personas, pero reúne numerosos atractivos. No en vano, más de seis millones de turistas (más del 60% nacionales) eligieron en nuestro país el pasado verano el camping como formato de alojamiento vacacional.
Y las previsiones para este verano auguraban una buena campaña para el sector: sólo en mayo se registraron casi dos millones de pernoctaciones, un 1% menos que el año anterior, lo que en la actual coyuntura sólo puede interpretarse como un buen dato. Los destinos más demandados por los turistas de tienda de campaña o bungalow son Cataluña, Comunidad Valenciana y Andalucía.
El éxito de disfrutar de unas vacaciones en un camping no sólo depende de la zona y de que no surjan contratiempos graves. Que la experiencia sea positiva y cumpla con las expectativas dependerá en buena medida del estado en el que se halle y de la calidad y diversidad de los servicios que ofrezca. Para evitar sorpresas desagradables es conveniente reunir información sobre su categoría, los servicios de que dispone (baños, si hay duchas con agua caliente o no, piscina, club social, servicios de animación para los más pequeños…), si son o no gratuitos, y la calidad de los mismos. También procede conocer las opiniones y testimonios de otros campistas.
Además de las guías oficiales que se editan cada año sobre los campings españoles, Internet alberga portales web en los que se puede consultar los servicios con que cuenta cada uno y en los que incluso se puede tramitar una reserva de alojamiento. En la Red también abundan foros en los que, además de resolver dudas y documentarse sobre rutas y viajes, es posible leer opiniones de usuarios sobre los campings seleccionados para las vacaciones. Para evitar sorpresas conviene reunir información sobre la categoría del camping, servicios de que dispone y la calidad de los mismos
Para evitar sorpresas conviene reunir información sobre la categoría del camping, servicios de que dispone y la calidad de los mismos. Además de las guías oficiales, Internet cuenta con numerosos portales específicos…Al igual que los hoteles, tienen su propia clasificación en categorías (Lujo, 1ª, 2ª y 3ª) en función de los servicios que ofrecen. Para que el usuario pueda diferenciarlos se utiliza una placa o distintivo colocado de forma bien visible a la entrada del camping: cuatro tiendas de campañas indican que es de Lujo, tres de que es de 1ª, y así sucesivamente hasta llegar a una única tienda de campaña o triángulo que identifica a los de tercera.
¿Tienda o bungalow?
Montar la tienda de campaña en pleno barrizal, dormir sobre una esterilla o, en el mejor de los casos, en un colchón hinchable, es la primera imagen que viene a la cabeza del neófito cuando piensa en los campings. Pero hoy disfrutar de un mayor confort sólo depende del dinero que cada usuario pueda o quiera gastar. Desde hace algunos años la gran mayoría, además del campo o de las parcelas en las que montar la tienda o aparcar autocaravanas y furgonetas preparadas, ofrece la posibilidad de alojarse en bungalows de madera y casas prefabricadas.
Este tipo de alojamiento combina las comodidades de un piso al uso -habitaciones separadas, baño, cocina y terraza- con los servicios del camping. Eso sí, el precio es mayor que acampar en una parcela, formato por el que una familia de cuatro miembros pagaría una media de 30 euros por día, incluido el terreno donde instalar la tienda y el coche. A esa cantidad habría que añadir 10 euros más en concepto de enganche eléctrico si se dispone de caravana o autocaravana. En cambio, los gastos por alojarse en un ‘mobil home’ o en un bungalow se disparan hasta llegar a entre 75 y 125 euros por noche. Alojarse en una de estas casas prefabricadas es una interesante opción para quienes desean experimentar el campismo por primera vez, o para disfrutar de los viajes con niños pequeños.
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