¡Brotes verdes! Pocas veces expresión tan simple ha sido repetida tanto y con tantas ganas. Utilizada como metáfora de lo que algunos interpretan como el final de la caída de la economía y la irrupción del ansiado cambio de tendencia, su mención proyecta una visión optimista del futuro: lo peor ya ha pasado. ¿Es efectivamente así o estamos sólo ante un rebote, al que sucederá una caída aún más profunda?
Los brotes verdes son la señal de que la marchita economía responde. Pero nada garantiza que esa respuesta positiva va a mantenerse en el tiempo.
Si prodigamos a una planta marchita solícitos cuidados, es muy probable que rebrote y comience a reverdecer. Si persistimos en su cuidado, seguramente recupere su esplendor y nos obsequie en su momento con una cosecha abundante. Pero si tras el rebrote, confiados, descuidamos su atención, volverá a deteriorarse y esta vez sin remedio. Si asimilamos la planta a la situación económica-financiera y los cuidados a las intervenciones estatales, las inyecciones de capital y las políticas fiscal y monetaria, los brotes verdes son la señal de que la marchita economía responde. Pero nada garantiza que esa respuesta positiva va a mantenerse en el tiempo. Los cuidados deben continuar porque crece el déficit, podría repuntar la inflación; la incertidumbre continúa. Mientras para algunos, la recuperación empezará a finales de 2009, para otros el peor escenario se hará patente en 2010. La Economía es una ciencia precisa cuando explica el pasado, pero no lo es tanto cuando trata de aventurar el futuro.
Vuelve el capitalismo de casino
Parejo al riesgo de que estemos ante una mera ilusión de recuperación, aparece otro: que un optimismo infundado nos lleve a sobreactuar, a caer en los mismos errores del pasado. ¿Cómo explicar que, en un contexto de retracción de la demanda y el consumo, de desempleo creciente, de contracción sin precedentes del PIB, se estén produciendo importantes alzas del precio del petróleo y las materias primas? ¿Tanto ha cambiado el apocalíptico escenario económico que hace escasos días nos pintaban, para que las bolsas inicien un movimiento alcista que dura ya muchas sesiones?
La especulación ha vuelto. Los movimientos alcistas son el fruto de maniobras especulativas promovidas por los mismos que nos llevaron a la debacle.
No, no ha cambiado tanto la situación. Pese a los brotes verdes, las noticias negativas siguen apareciendo y tendríamos que ser muy cautos a la hora de pensar que ya toca recuperación y sólo vamos a ir a mejor. ¿La explicación entonces? La especulación ha vuelto. Los movimientos alcistas son el fruto de maniobras especulativas promovidas por los mismos que nos llevaron a la debacle. Retirados a sus cuarteles de invierno cuando todo parecía estar hundiéndose, reaparecen a la menor señal de negocio rápido y fácil. Para ellos, los brotes verdes son esa señal. Si consiguen que el mercado reaccione compulsivamente al alza, llenarán sus bolsillos con sustanciosas ganancias. Lo que pase después…ah!, eso es otra historia.
¿Hemos aprendido la lección?
Las empresas siguen centradas en los resultados a corto plazo; si bajan los ingresos, se reducen costes o se eliminan operaciones, en aras a mantener el beneficio. No importa que las reducciones de hoy, usualmente a costa del empleo y la inversión, puedan poner en riesgo la sostenibilidad de la empresa a largo plazo. Los gestores del “malabarismo financiero”, ya habrán puesto sus ganancias a buen recaudo para entonces y serán otros los que tengan lidiar con las consecuencias.
No importa que las reducciones de hoy, usualmente a costa del empleo y la inversión, puedan poner en riesgo la sostenibilidad de la empresa a largo plazo.Al hilo de los rebrotes, se están reanudando en Wall Street y en la City de Londres las contrataciones de ejecutivos con altas retribuciones y “bonus” millonarios. Si hablábamos de repetir los deslices del pasado, parece que estemos en el camino.
Crisis sistemática
Pero la crisis no es solo económico-financiera; es también social y medioambiental. Aún cuando el mercado se recupere, lo que terminará ocurriendo, habrán quedado por el camino multitud de cadáveres en forma de empresas desaparecidas, puestos de trabajo destruidos, pobreza creciente, derechos humanos a la baja, conflictividad social…Los problemas sociales y medioambientales no van a arreglarse con la recuperación de la economía, si esta recuperación no va acompañada de una migración hacia un modelo de consumo sostenible, una explotación racional de los recursos y una distribución equitativa de la riqueza.
En definitiva un cambio de modelo; de un capitalismo de casino a un capitalismo sostenible. Porque no olvidemos que, de la Gran Depresión del 1929 se salió, sí, pero después de una gran catarsis en forma de II Guerra Mundial.
*Ex-directivo prejubilado de Telefónica. Ingeniero de telecomunicación experto en TIC y RSE
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