Alejandra Castro Rioseco es una destacada filántropa chilena y fundadora de MIA Art Collection, una colección que se dedica exclusivamente a difundir artistas femeninas contemporáneas. Desde este lugar, ha trabajado para visibilizar y valorar el talento de las mujeres. La colección, que incluye más de 900 obras de diversos medios y orígenes, refleja un mundo del arte más equitativo y representativo.
«El arte ha tenido por años la responsabilidad de mostrar la historia a través de los ojos de los artistas. El problema es que la mayoría de los artistas -los que están en los museos- son hombres, entonces vemos siempre el mundo bajo la mirada masculina«, expresa en esta entrevista con Mujeres y Cia.
Además de su trabajo con MIA Art Collection, Alejandra ha impulsado importantes iniciativas culturales y de empoderamiento. Creó la Fundación Mujer Opina en Chile, que promueve el desarrollo y la igualdad de las mujeres. Su compromiso con la cultura y el arte se extiende también a la creación del Museo Virtual MIA Anywhere, una plataforma que permite explorar la colección de manera digital y que ha sido especialmente valiosa durante la pandemia.
A lo largo de su carrera, Alejandra ha enfatizado la importancia de cambiar la percepción de las mujeres a través del arte, utilizando su plataforma para desafiar las desigualdades de género y fomentar una mayor inclusión. Su labor no solo ha proporcionado un espacio crucial para las artistas femeninas, sino que también ha inspirado a otras a reconocer y apoyar el papel vital de las mujeres en todas las áreas de la sociedad. Su visión de un mundo liderado por mujeres, más amable y menos hostil, sigue guiando sus esfuerzos para transformar el panorama cultural y social global.
Alejandra Castro Rioseco: «Quiero cambiar la percepción sobre las mujeres a través del arte»
¿Cómo responderías a la pregunta «quién eres» en un párrafo?
Soy una mujer con una misión: cambiar la percepción que el mundo tiene de las mujeres. Mi medio actual para lograrlo es el arte.
¿Cómo describirías el camino que te llevó hasta donde estás hoy?
Difícil, duro y solitario, pero lleno de momentos bellos, de aprendizajes, de historias y experiencias que han hecho de mi vida una historia única y maravillosa. He tenido el regalo de poder moverme por el mundo y enriquecerme de experiencias e historias mágicas. He aprendido que la dificultad es un gran maestro. Lo repetiría sin pensarlo. Sigo en el camino y espero seguir descubriendo, es algo que me mantiene despierta y con la mente abierta.
Tienes una larga trayectoria como defensora de la igualdad de género, ¿qué crees que ha cambiado desde que iniciaste con Mujer Opina hasta la actualidad?
Sí, la tengo. Soy una gran especialista en materia de género, porque he estado en distintos lados, tratando diversos temas. Conozco las leyes, las estudio, estoy permanentemente monitorizando lo que ocurre. Pero creo que el cambio ha sido muy poco, muy sublime y a veces pienso que la gente no lo entiende. Tengo la sensación de que hay mucha ignorancia respecto al feminismo, muchos estigmas y creencias erróneas, y es por falta de información o mal marketing. O de ambos, como queramos llamarlo.
Parecer que estamos en una lucha permanente no nos ayuda, porque no es así. No hay lucha en la búsqueda de oportunidad, hay falta de sentido común y falta de inteligencia. El mundo funcionaría mucho mejor con más mujeres liderando, sería un mundo más amable y menos hostil que el que estamos viviendo hoy. Pero aún falta que nos vean, que sepan que estamos acá, que podemos ser un aporte en muchas áreas de la sociedad.
«El mundo funcionaría mucho mejor con más mujeres liderando»
¿Cuáles crees que son los desafíos a futuro?
Muchos, creo que el mayor desafío es dejar de invisibilizar o disminuir la labor de las mujeres en la sociedad, dejar de tratarlas como «temas blandos», dejar de ver la igualdad como un requerimiento de cuotas. Las mentes brillantes no vienen en paquetes de hombres o mujeres.
Apoyar a las mujeres y descubrirlas es una labor muy importante, pero que requiere de otras mentes inteligentes, que no vean una mujer como una competencia si no como una aliada. Creo que ese es un desafío difícil porque históricamente el ser humano no se ha caracterizado por ser generoso o por apoyar el éxito de otros, entonces el trabajo de la sociedad y de la prensa es abrir esa puerta para las mujeres. Creo que el mayor desafío es dejar de pretender que las mujeres no somos poderosas, porque si lo somos.
¿Qué es el arte para ti?
El arte para mí es una forma de vivir, de aprender de la historia. Es un lenguaje para comprender el mundo. Cuando visitas un museo, lo haces con la intención de ver arte y terminas mirando cómo ha sido o cómo es el mundo. El arte ha tenido por años la responsabilidad de mostrar la historia a través de los ojos de los artistas. El problema es que la mayoría de los artistas -los que están en los museos- son hombres, entonces vemos siempre el mundo bajo la mirada masculina.
¿De qué hablamos cuando hablamos de «arte femenino»?
Hablamos de arte hecho por mujeres, hablamos de cientos de mujeres artistas que han estado históricamente rezagadas a ser musas. Hablamos de que las escuelas de arte, hasta hace unos años, no permitían que la mujeres estudiaran arte. Hablamos de que los museos no llegan a 18% de representación de mujeres en sus colecciones, hablamos de que el precio de una obra de arte de una mujer es hasta 40% más baja que la de un hombre en igualdad de condiciones. Hablamos de una desigualdad en el sistema de arte que sigue invisibilizando no solo a las artistas, también a directoras y creadoras, a las mujeres en general.
¿Qué papel crees que juega el arte en la sociedad actualmente?
Creo que juega un rol importante, porque es un tema que está muy presente en todas las cosas. El arte es el alma de una sociedad, una sociedad que no quiere y no cuida a sus mujeres. Eso se revela en los números, en los actos pequeños y en el sistema del arte como tal. Lo vemos día a día.
«El arte es el alma de una sociedad»
¿Cómo crees que su función ha ido mutando a lo largo del tiempo?
Creo que va evolucionando como todo, como la naturaleza y como la tecnología. Hoy la humanidad tiene nuevos recursos y eso hace que el arte cambie, mute, se mueva, se mezcle en la vida cotidiana, en el diseño, en el cómo vivimos. Hoy podemos y vemos arte en todo y podemos tener más acceso a él. Ya sea virtual o real, lo vemos en los museos, en el mundo del diseño y MIA Art Collection hace lo posible por ir a la vanguardia.
¿Cómo puede el arte (y también el coleccionismo) contribuir a una sociedad más inclusiva y equitativa?
Soy una gran creyente de que el arte ayuda mucho a sensibilizar, a valorar la historia de un país o de una cuidad. Lo veo cada vez que viajo a distintos lados del mundo. Creo que un país con museos, con instituciones que protejan el arte, las letras, la música, es un país o una cuidad más rica, más culta. La cultura mejora a las personas, las hace más sensibles, más comprensivas, más inclusivas. Eso es sin duda una forma de mejorar la sociedad actual, que tan dañada está.
Las colecciones de arte son pequeños tesoros, son instituciones que permiten que este sistema sea orgánico y pueda continuar creciendo. Las colecciones proveen en muchos casos a museos e instituciones, apoyan a artistas, crean residencias. En MÍA art Collection hacemos eso: creamos nuestras exposiciones, proponemos temas sensibles y profundos que nos hagan reflexionar. Es mucho más que comprar o vender arte. Por lo menos desde mi punto de vista. Creo sin dudarlo que el arte hace mejores seres humanos.
