A la hora de decidir muchas veces nos enfrentamos a nuestro peor enemigo: nosotros mismos. Nuestra carga genética, los mandatos familiares y sociales, las experiencias en la niñez y los traumas y vivencias experimentados… inciden en la singular interpretación de la realidad así como en nuestra posibilidad de respuesta.
En nuestra mente tenemos obstáculos, resistencias y/o bloqueos psicológicos que pueden provocar perjuicios en el proceso de toma de decisiones (entre otras áreas) alterando la capacidad de decisión e incluso hasta limitándola de manera absoluta. Por esto y a efectos de poder trabajar sobre nuestro problema, comentaremos algunos bloqueos:
• Pérdida de contacto con los propios sentimientos.
Es la dificultad para sentir y expresar sentimientos y emociones que conlleva a la imposibilidad de expresar lo que gusta o desea, lleva a decir una cosa y hacer lo contrario. Generalmente se puede ver en contextos violentos y hostiles que sabotean el bienestar, la autoestima y la autovaloración.
Todos sentimos temor al enfrentar el cambio, dado que se entiende que el mismo resulta una amenaza a la comodidad imperante hasta ese momento.• No querer experimentar el sufrimiento.
"Más vale malo conocido que bueno por conocer"; esta frase sintetiza el concepto. Todos sentimos temor al enfrentar el cambio, dado que se entiende que el mismo resulta una amenaza a la comodidad imperante hasta ese momento.
No obstante, los que sufren este bloqueo, ante cualquier elección, sienten una carga importante de ansiedad tornándose insoportable; por ende, se deja de tomar decisiones o al menos se lentifica el proceso a la espera que se resuelva de otro modo.
• Ausencia de una escala de valores.
La escala de valores permite dar un orden de importancia a los acontecimientos, actitudes, expresiones, etc. que debemos evaluar. La ausencia de esta, o el no reconocerla, hace que se eviten la decisiones ya que resulta difícil el hacerlo y se asumen costos en virtud de los errores posibles; por ende, se trata de evitar la decisión y así se produce un círculo vicioso.
• Poca autoestima.
La escasa autoestima o la falta de confianza en ti misma genera una gran dificultad para la toma de decisiones dado que inconscientemente se piensa que se lo que se decida no será la decisión adecuada.
• Trastornos psíquicos.
La existencia de depresión (clínicamente definida), trastornos de ansiedad (estrés y/o euforia) y desesperanza, son causas altamente perjudiciales en la toma de decisión ya que la lectura de la realidad se ve tan distorsionada que implica altísimo riesgo de error en la elección asumida.
Si no se trabaja en función de las verdaderas prioridades a resolver, sino, que se busca satisfacer los deseos y gustos del otro; una decisión acertada puede ser desechada a favor de otra que puede ser desacertada.• Falsa Idealización.
Es usual que una persona con baja autoestima genere una imagen idealizada de sí misma a fin de compensar, disimular y contrarrestar su falta de confianza.
Esta actitud incrementa tu falta de confianza y, por consiguiente, dificulta la toma de decisiones dado que debes hacerlo desde cualidades personales que no te son propias. La idealización no se puede sostener frente a la necesidad de respuesta ante hechos puntuales.
• Acentuada Dependencia
La dependencia te permite no verte obligado a decidir y así no pagar costos por las decisiones. Te recuestas en el otro y a partir de allí tu estrés y carga emocional dejan de existir. Esto se puede ver en personas que “deciden lo que deciden los demás” o que “hacen que los otros decidan”.
• Necesidad obsesiva de agradar
No se trabaja en función de las verdaderas prioridades a resolver, sino, fundamentalmente, se busca satisfacer los deseos y gustos del otro; a tal punto que si una decisión –aún acertada- pudiera desagradar a otros, se es desechada a favor de otra –incluso desacertada- o se abstiene de decidir.
Es claro que en esto mucho tiene que ver la psicología y yo no soy un profesional del área, así que simplemente y de manera sencilla, quise hacer visibles algunas cuestiones que afectan a la toma de decisiones y que pueden originar graves daños en tu organización.
En nuestro próximo encuentro concluiré exponiendo algunas más y trasladándote algunas preguntas que considero pueden servirte de guía. Las respuestas seguramente te darán opciones para encontrar el rumbo.
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(*) Agradezco especialmente a la Lic.en Psicología Florencia Potente su aporte a la redacción de este artículo.
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