En tiempos donde el agotamiento se normaliza y el “estar siempre disponible” parece un valor, dormir bien se ha convertido en una forma de resistencia. Pero más allá del discurso, hay evidencia científica sólida que demuestra que el sueño es un activo estratégico para cualquier persona que trabaje, dirija o emprenda. Especialmente para las mujeres, cuya vida profesional muchas veces convive con la gestión de responsabilidades invisibles, el descanso de calidad debería estar en el centro de las políticas de bienestar.
Dormir no es un lujo ni una pérdida de tiempo: es una inversión. Según la Sleep Foundation, los adultos...