Una palabra con tanto valor en la vida, las distancias y los tiempos cuyas fronteras tienden a desaparecer, se esfuma cuando la precisamos.
Ser flexible, está hoy muy vinculado a calidad de tiempo, a conciliación, a diversidad y a salud, física y mental. Vale para mucho… y las empresas, la política, la sociedad deberían tenerlo presente.
La diversidad de género ha crecido el 15 al 22% en los últimos tres años
Leo un reciente informe de McKinsey, que habla del porcentaje de beneficio que obtienen las empresas aplicando la diversidad. Indica que la diversidad étnica no se ha movido del 35% entre el 2014 y el 2017. La diversidad de género ha crecido el 15 al 22% en los últimos tres años. ¿Es mucho o es poco? En todo caso, ¿debería igualar a la étnica o cultural o superarla?
¿Somos las mujeres un colectivo?
Soy de las que creen que la RSG -o diversidad de género- es una diversidad demorada. Y que no puede compararse con ninguna de las demás, aunque éstas sean absolutamente necesarias.
El eje de la cuestión es que de los “colectivos” a los que podemos referirnos -étnico o cultural, creencias o religión, LGTB o elección sexual, discapacidad o capacidades diferentes por poner algunos- ninguno puede en número, equipararse a la representación del género. Y que, en el caso del femenino, supera el 50% de la población mundial.
Soy flexible, soy abierto, no tengo sesgos, me encanta la diversidad… Son afirmaciones que escucho a menudo.
Soy flexible, soy abierto, no tengo sesgos, me encanta la diversidad… Son afirmaciones que escucho a menudo. Sin embargo, la realidad vive un divorcio entre estas afirmaciones y lo que sucede.
Los números respaldan estas políticas, y se machaca a diario que las empresas diversas son más rentables. Y aquí surge otro baremo al que prestarle atención: ¿Dónde deben estar las mujeres?
Seguimos a pie juntillas los porcentajes de mujeres en los consejos, pero quienes saben indican que mientras las mujeres no estén en cargos directivos, la masa crítica de consejeras no será suficiente.
Comités de dirección, directivas medias, reclutamiento de talento… ¡es la transversalidad lo que debería funcionar en todos los casos!
Comités de dirección, directivas medias, reclutamiento de talento… ¡es la transversalidad lo que debería funcionar en todos los casos!
Como sucede con los hombres. Ni más ni menos.
Desde Gender Capital trabajamos con muchas empresas que quieren de verdad ser innovadoras, aspectos que tienen que ver con todos los colores de la diversidad. Y desde engageMEN, retamos a los hombres a que se involucren y den un paso adelante.
Hombres con un discurso sexy
En una de nuestras últimas formaciones recordé aquello de que debemos ampliar nuestro radar, buscando hombres que crean en la causa y, sobre todo, lo digan alto y claro. Que lo comuniquen y sean embajadores. Los busco y me cuesta encontrarlos, porque además de un discurso sólido, necesitamos que sea “cool & sexy”.
Si tienen un lugar de privilegio para hacerlo, y además de pensarlo lo practican y lo cuentan, iremos un poco más rápido. Ellos dejarán huella, y nosotras iremos acortaremos los tiempos, pues tendremos una buena parte del camino ganado.