Carmen Sanchez comenzó su carrera en España, pero en 2016 decidió embarcarse en una nueva aventura profesional que la llevó a cruzar el Atlántico. Su primer destino fue Bogotá, Colombia, donde tuvo la oportunidad de sumergirse en una cultura vibrante y desafiante, que le enseñó valiosas lecciones sobre adaptación y liderazgo. Desde entonces, ha residido en diversos países de la región, incluyendo Ecuador y Colombia, antes de establecerse en México, su actual hogar.
Actualmente, ocupa el cargo de Presidenta de ATREVIA en México y Vicepresidenta para la Región Andina, donde ha liderado con éxito la expansión de la firma en América Latina, enfrentándose a los desafíos de adaptarse a nuevas culturas y mercados.
En esta entrevista, Carmen comparte con Mujeres y Cia su visión sobre los desafíos de ser una mujer directiva en un entorno tradicionalmente masculino, y cómo la vida en el extranjero ha enriquecido su perspectiva.
Carmen Sánchez-Laulhé : «Cada país es un mundo y hay que saber adaptarse»
Cultura y adaptación
¿Cómo surgió la opción de partir? ¿Qué fue lo que te impulsó a hacerlo? ¿Es tu primera vez?
Atrevia publicó vacantes para sus oficinas en Latinoamérica y me pareció una oportunidad interesante. Había vivido en otros países europeos, pero la idea de «cruzar el charco» me parecía muy atractiva. Era un proyecto relativamente joven, por lo que representaba una gran oportunidad de crecimiento, a lo que se suma poder conocer otros lugares y culturas.
¿Cómo fue tu llegada y tu primera impresión? ¿Qué te atrajo y qué te chocó?
Mi primer destino fue Bogotá, Colombia. Es una ciudad con un punto de caos que impacta cuando se llega por primera vez, pero al mismo tiempo acaba atrapando al que se queda. Tiene mucha vida y los colombianos son grandes anfitriones, te hacen sentir bienvenida. Lo que más me atrajo del país fue su gente y su historia, que demuestra que es un pueblo luchador, capaz de salir adelante en el peor de los escenarios.
¿Cuáles han sido los mayores desafíos en tu adaptación profesional y personal?
Han sido muchos los desafíos. Pensamos que al compartir idioma todo lo demás va a ser similar, pero no es así. Cada país es un mundo y hay que saber adaptarse, con la mente abierta y mucha capacidad de aprendizaje. Implica cambiar hábitos, algo que, en general, a las personas nos cuesta. Pero sobre todo, cambia en gran medida la forma de relacionarse. En este contexto, ser una mujer directiva y sin familia, fue un desafío importante y, en muchos casos, una barrera en espacios empresariales más tradicionales.
«Ser una mujer directiva y sin familia fue un desafío importante»
¿Qué diferencias notables has encontrado entre tu país de origen y el país donde resides ahora?
Son muchas, pero destacaría cinco:
- La forma de hablar, en Europa es más directa, al punto. En los países en los que yo me muevo, prima la cortesía, y no ser consciente de ello cierra muchas puertas. En general aquí la gente es mucho más amable.
- La gestión e interpretación del tiempo, tanto para pequeñas gestiones como en negociaciones empresariales.
- La marcada diferenciación de las clases o estratos sociales. Frente a la predominante clase media europea, en la mayor parte de países de América Latina se siente mucho más el salto de un escalón a otro en la escala social.
- El machismo, innegable y muy arraigado. En mis más de 8 años aquí, he visto avances muy notables, pero aún queda mucho recorrido.
- La seguridad, se extraña la tranquilidad de caminar por cualquier parte sin preocupación
¿Qué conexión tienes con tu país natal actualmente?
Trabajo en una empresa española, presido la Cámara Oficial Española de Comercio e Industria de Quito y toda mi familia está en España.
¿Te relacionas con mujeres expatriadas en el lugar donde vives?
Sí, por supuesto. Hay mujeres extraordinarias desarrollando roles muy destacados tanto en el ámbito privado como en el público. Una de mejores cosas que te da vivir fuera es la calidad humana de las personas con las que te encuentras.
«Una de mejores cosas que te da vivir fuera es la calidad humana de las personas con las que te encuentras»
Aprendizaje y desarrollo
¿Qué valores, aprendizajes o habilidades te ha agregado vivir fuera?
Vivir fuera, si tienes la mente abierta, te hace mejor persona. Aprendes otras formas de entender, de comunicarte, de hacer las cosas. Te vuelves más tolerante y más respetuoso, escuchas mucho más.
¿Cómo la experiencia te ha cambiado personalmente?
Creo que me ha hecho más consciente de la suerte que tengo. En lugares donde la pobreza es mucho más visible, eres más consciente de tus privilegios y de la responsabilidad que eso conlleva. En lo personal, he aprendido a valorar la cercanía de la gente que quiero y a priorizar, aprovechando mucho más el poco tiempo que dedico a mi vida personal.
Impacto social y familiar
¿Cómo ha afectado tu decisión de emigrar a tus relaciones personales?
Es difícil, pero tengo la fortuna de que mi entorno, tanto la familia como los amigos, me han apoyado siempre. Te pierdes muchos momentos, tanto los buenos como los malos, lo que puede acarrear nostalgia y culpabilidad en ocasiones. Pero al final, la vida sigue y los que te quieren siguen estando ahí de una forma u otra.
¿Cuáles son los aspectos sociales que más añoras de tu país natal?
Sin ninguna duda, el tiempo con familia y amigos. También la mayor privacidad y anonimato que se tiene en ciudades como Madrid. Aquí, aún en ciudades grandes, los círculos sociales son muy pequeños. También las cuestiones de seguridad y lo mucho que limitan ciertas libertades. Es algo que no valoras hasta que dejas de tenerlo.
¿Qué recuerdos/objetos te llevarías contigo si regresaras?
Los viajes, lugares y culturas que han sido un descubrimiento. Los momentos con mi equipo, cada celebración y fracaso han sido esenciales en este camino con ellos. La satisfacción de haber dado lo mejor y de, quizás, haber podido marcar una pequeña diferencia en la vida de algunas personas. También los amigos de estos años, que se convierten en familia.
Consejos
¿Algo que hubieras querido saber antes de embarcarte en esta experiencia?
Desde una perspectiva práctica, son muchas las cosas que funcionan de forma diferente, creo que ni un manual de cien páginas te prepara para todo. Sin embargo, como mujer, creo que sí es necesario ser consciente de que se llega a una cultura y entorno más hostil, con muchísimas oportunidades, pero en un camino para el que hay que prepararse mentalmente.
¿Qué le dirías a alguien que está a punto de irse de su país por cuestiones laborales?
Que aproveche al máximo, que no se deje vencer por la morriña de las primeras semanas. La tentación es mirar hacia atrás con cierto romanticismo, como si todo lo pasado fuese mejor, pero si decidiste irte, por algo sería. Aférrate a ello.
Perspectivas futuras
¿Cómo marcha tu plan a futuro? ¿Tienes pensado regresar?
No en un corto plazo, pero nunca se sabe, no soy muy de planificar. Vine para dos años ¡y llevo más de 8!
Pide un deseo…
No olvidar.