Un nuevo trabajo, ya sea a través de una promoción, un cambio de empleador o asumir una nueva responsabilidad dentro del trabajo actual, puede tener un impacto positivo significativo en la carrera de una persona. Sin embargo, en el actual entorno profesional altamente colaborativo y en constante cambio, lograr una transición exitosa es más desafiante que en el pasado, incluso para individuos altamente calificados y comprometidos.
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Según una encuesta incluida en el Informe del Estado de las Organizaciones 2023 de McKinsey, un 33% de los empleados en nueve países europeos, un 40% de los empleados en los Estados Unidos, un 45% de los empleados en el Medio Oriente y un significativo 60% de los empleados en la India expresaron su intención de abandonar sus actuales posiciones. Otros hallazgos sugieren que un 39% de los participantes en siete países planean dejar sus puestos actuales en los próximos tres a seis meses. En Europa, el 35% de las personas que planean dejar sus empleos citan expectativas de desempeño insostenibles.
Con esta rotación constante, tanto los directivos como los empleados a menudo tienen dificultades para cumplir con las expectativas de sus organizaciones. No se trata solo de dominar las tareas; los empleados también necesitan tiempo para comprender la cultura, los procedimientos y los métodos de comunicación de la empresa. La inversión en tiempo, recursos financieros y otros recursos para capacitar a un nuevo empleado se desperdicia si este se va en un corto período de tiempo.
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A medida que los empleados continúan adaptándose, las personas revisan su perspectiva sobre el trabajo y pueden sentirse desorientadas en el proceso. En respuesta, las organizaciones pueden adaptarse personalizando las ofertas de valor para los empleados y satisfaciendo sus preferencias individuales. Este enfoque puede contribuir a cerrar la brecha entre las expectativas de los trabajadores modernos y las necesidades de las empresas.
Las transiciones exitosas en el trabajo son esenciales tanto para el avance profesional de los individuos como para el éxito general de las empresas.
3 formas de no sentirse perdido en un nuevo trabajo
Comprender los procesos de la empresa
Cuando se establece un nuevo rol en una organización, existe la posibilidad de que los procesos antiguos se hayan reemplazado por otros nuevos para cumplir con nuevos objetivos estratégicos que pueden haber surgido debido a las tendencias de los mercados emergentes, avances tecnológicos y nuevas regulaciones. La introducción de un nuevo proceso en una organización puede afectar la moral de los empleados. Estos nuevos procesos pueden modificar la forma en que se realizan las tareas, remodelar la estructura organizativa y, en algunos casos, llevar a la eliminación de responsabilidades o puestos. Por lo tanto, es vital evaluar la moral de los empleados antes, durante y después de la implementación de un nuevo proceso para evaluar su eficacia general.
Algunas empresas pueden tener roles similares, pero estos roles pueden implicar diferentes responsabilidades según las necesidades de la empresa. Por lo tanto, la comunicación y una evaluación adecuada son fundamentales para que los altos directivos y el nuevo empleado comprendan los procesos pasados y presentes de la empresa.
Cuando un nuevo proceso genera resultados positivos, suele fomentar un ambiente de trabajo positivo. Por otro lado, si el proceso introduce nuevos desafíos que afectan la moral de manera negativa, el equipo ejecutivo debe utilizar la retroalimentación de los empleados y gerentes de primera línea para identificar errores y corregirlos.
Obtener información sobre la cultura de la empresa
A veces, la adaptación a un nuevo rol no depende tanto de las habilidades de una persona como de su capacidad para integrarse en la cultura de la empresa. El éxito futuro en una empresa depende de cuán bien un individuo se sienta en su nuevo entorno. Por lo tanto, su capacidad para comprender y adaptarse a la cultura de la empresa puede influir en su desempeño en el lugar de trabajo.
Un aspecto importante de la adaptación a la cultura empresarial es cómo los empleados están redefiniendo los límites entre su vida laboral y personal. La investigación de McKinsey revela que las preferencias laborales de los empleados, como horarios flexibles, trabajo remoto, oportunidades de progreso profesional, tareas cumplidas y una compensación justa, varían según la edad, la experiencia laboral y otros factores. Las empresas que aborden estas preferencias con éxito pueden obtener una ventaja competitiva duradera.
Reentrenarse y buscar formación continua
En un entorno laboral en constante cambio, no todas las habilidades son igualmente valiosas. Algunas habilidades están experimentando una creciente demanda y se están extendiendo a una variedad de profesiones. Esto obliga a las personas y las empresas a adaptarse y adquirir nuevas habilidades para mantenerse competitivas en el mercado laboral.
Según la Encuesta de Esperanzas y Miedos de 2023 de PwC, el 58% de los empleados en 46 países y territorios esperan transformar significativamente sus habilidades en los próximos cinco años. Estos empleados deben comprometerse con el aprendizaje continuo, deshaciéndose de conocimientos obsoletos y adquiriendo nuevos para mejorar sus habilidades y mantenerse al día en el mercado laboral.
Las transiciones son comunes en el entorno laboral actual, y es esencial que tanto los gerentes como los empleados sean curiosos y colaborativos en sus nuevos roles para asegurar una transición exitosa entre sus responsabilidades actuales y futuras.
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