Josefina Vázquez Mota se reivindica como ´la señora de la casa´porque dice que va a barrer la corrupción del país y a evitar el regreso del PRI, favorito en las encuestas. Más allá de si es o no afortunado el mote, es la primera mujer con posibilidades de lograr la Presidencia de México. Fue ministra en los dos gobiernos del Partido Acción Nacional (PAN) y ahora es candidata de la formación conservadora a las elecciones presidenciales de julio.
La entonces ministra de Desarrollo Social abrazó la causa de Calderón desde abril de 2005, pese al riesgo de confrontación con el entonces presidente, Vicente Fox. Como premio se convirtió en la coordinadora política de la campaña del actual mandatario.
Dicen que su ambición pero también su capacidad de trabajo, la han llevado hasta donde está. Dedicada ahora a la política a tiempo completo, Vázquez Mota de 51 años es madre de tres hijas y afirman que su espíritu humanista se ha cultivado en las carteras sociales para alejarse del cariz beligerante del PAN: la estrategia de combate militar al narcotráfico, su máxima bandera, ha provocado más de 60.000 muertos.
Aunque no se desmarca de ella, prefiere abanderar el combate a la corrupción y el avance en la transparencia con mucha cautela pues ha preferido no pronunciarse en las grandes cuestiones a las que se enfrenta el país: seguridad, telecomunicaciones, sector energético, recaudación fiscal…
Los analistas coinciden en que ha sido "una esfinge sonriente". Sus críticos alegan que más que cautela es desconocimiento. Sus partidarios apelan a su formación como economista, su larga trayectoria en el partido y su talante conciliador, que daría continuidad a la política pactista de Calderón con el PRI.
De hecho, hace uso del apelativo desde el último de los patinazos del candidato priísta, Enrique Peña Nieto, que para justificarse por no saber el precio del kilo de tortillas (el pan mexicano) alegó que él no es "la señora de la casa".
Frente a ello, Vázquez Mota muestra su costado "familiar" presentándose acompañada de su esposo y sus hijas para pedir unidad a su partido para enfrentarse al PRI. "Comenzamos un nuevo camino; el camino para derrotar al verdadero adversario de México, a quien representa el autoritarismo y lo peor de la práctica antidemocrática, a quien representa el regreso hacia la corrupción como sistema y la impunidad como condena: ese adversario es Peña Nieto y su partido".
Desde el llano afirma que el PAN no estuvo exento de esa misma corrupción en las primarias pues en la pelea por salir victoriosos,los dos candidatos repartieron alimentos para ganar votos. Una vieja práctica que se aleja mucho de la nueva manera de hacer política que se proclama.
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