Se triplican los tratamientos con donación de óvulos

El retraso de la  maternidad ha hecho que la donación de ovocitos se haya triplicado en los últimos cinco años. Y es que la crisis económica ha provocado que muchas parejas retrasen la decisión de tener un hijo pensando que aún tienen tiempo para plantearse la maternidad más adelante. Así lo declara hasta 7 de cada 10 parejas españolas en edad reproductiva, tal y como se ha puesto de relieve durante la jornada ‘Temas Actuales de Reproducción Asistida‘, organizada por la Fundación Ginefiv, la Universidad Autónoma de Madrid y la Universidad de Alcalá, que ha tenido lugar hoy en Madrid.

Durante el encuentro, reconocidos profesionales de esta área han abordado el impacto que está teniendo la crisis en las tasas de fertilidad. Esta situación ha originado que en los últimos cinco años haya aumentado la edad media de los pacientes que acuden a las clínicas de reproducción asistida. Según datos de la clínica Ginefiv, actualmente la edad media de las mujeres que se someten a un tratamiento es de más de 38 años, cifra superior a la edad recomendada para planear un embarazo.

Por eso, los expertos alertan que el retraso de la maternidad, motivado por la actual situación económica, está implicando mayores dificultades para conseguir el embarazo y riesgos durante la gestación, así como consecuencias negativas en el desarrollo demográfico y social en España, al disminuir la natalidad. Como afirma la doctora Victoria Verdú, coordinadora de Ginecología de la clínica Ginefiv: “Es lógico que, ante la incertidumbre que vivimos, las parejas prioricen su estabilidad financiera, pero muchas de ellas no son conscientes de los riesgos que implica retrasar demasiado la maternidad. Por tanto, debemos ofrecer mayor educación en el área reproductiva para que tengan pleno conocimiento”.

“Es lógico que, ante la incertidumbre que vivimos, las parejas prioricen su estabilidad financiera, pero muchas de ellas no son conscientes de los riesgos que implica retrasar demasiado la maternidad”El aumento de la edad y su impacto en las técnicas reproducción asistida
Este retraso de la maternidad ha provocado un cambio del perfil de los pacientes que acuden a someterse a tratamientos de reproducción asistida. Mientras que en 2007, los pacientes mayores de 35 años sólo suponían el 48%, actualmente representan más del 62%, por lo que ha aumentado en casi 20 puntos. En contraposición, las pacientes más jóvenes, aquellos menores de 35 años, han descendido y hoy sólo representan el 26%.

Por tanto, este aumento de la edad de los pacientes ha producido un cambio de tendencias en las técnicas de reproducción asistida. Entre ellas, destaca el crecimiento de los tratamientos a través de donación de óvulo, que se ha triplicado. Como confirma la Dra. Victoria Villafañez, ginecóloga de Ginefiv: “La donación de óvulos se ha convertido en el método más eficaz para hacer frente al envejecimiento ovárico. Cada vez son más las mujeres que deben de acudir a esta técnica para poder concebir, al disponer de escasos óvulos o con anomalías cromosómica. Con la donación se van a obtener excelentes resultados, ya que en las mujeres mayores de 40 años se multiplica por 7 las posibilidades de embarazo”. 

Sin embargo, la donación suele ser la última alternativa a tener en cuenta por los pacientes, ya que supone una pérdida de la carga genética y con fuertes implicaciones emocionales. Por eso, es importante asegurar el éxito de este tratamiento a través de la sincronización entre la receptora y la donante, así como contar con un número  aceptable y de calidad de ovocitos recuperados. “Hoy en día se utilizan técnicas mínimas invasivas y una estimulación ovárica muy controlada y segura, por lo que la garantía de éxitos son las máximas tanto para la donante como la receptora”, explica la Dra. Villafañez.

El actual nivel de estrés está influyendo en las tasas de fertilidad
Los profesionales que han participado en este encuentro han advertido, además, que la inestabilidad laboral está provocando un incremento del estrés entre la población española que está repercutiendo en la capacidad reproductiva. Como confirma la Dra. Verdú: “El estrés excesivo en la mujer puede desencadenar anovulación, ciclos menstruales irregulares o incluso la supresión del ciclo menstrual. Pero también influye negativamente en el hombre, ya que puede reducir el volumen del eyaculado, así como la calidad y la cantidad espermática”.

De hecho, entre un 25% a un 40% de los pacientes que acuden a un centro de reproducción asistida presenta algún problema psicológico significativo, ya que “una gran parte padece cuadros de depresión por la incapacidad para concebir y ansiedad por la naturaleza estresante de los procedimientos”, explica la doctora. Por eso, en la práctica actual de los centros de reproducción asistida se incide en un mayor asesoramiento por parte de los profesionales, tanto en la fase previa como durante el tratamiento, para ayudar a controlar y reducir estos niveles de estrés, ya que inciden en que la tasa de concepción sea más baja, así como es necesario más número de ciclos para lograr el embarazo y mayor probabilidad de abortos de repetición.

Entre un 25% a un 40% de los pacientes que acuden a un centro de reproducción asistida presenta algún problema psicológico significativoLa importancia de planificar para preservar la fertilidad con gametos propios
El aumento de la esperanza de vida y el actual estilo de vida hacen que cada vez más mujeres decidan tener un hijo a partir de los 40 años. Según los datos del INE, hasta el 2,2% de los partos en 2012 fueron en mujeres mayores de 40 años, cifra que se estima que continúe en ascenso en los próximos años. Por ello, como se ha puesto de relieve durante la jornada, es de suma importancia planificar la maternidad a largo plazo con el fin de preservar la fertilidad con gametos propios, puesto que es una de las mayores preocupaciones de los pacientes que acuden a un centro de reproducción.

“La gran mayoría de las jóvenes carecen de conocimiento sobre los límites naturales de la fertilidad. Incluso una de cada tres españolas considera que aún hay tiempo para quedarse embarazada por encima de los 45 años. Sin embargo, a partir de los 37 años se tiene más dificultades, ya que no solo disminuye su reserva ovárica sino que sus óvulos son de peor calidad; las posibilidades de embarazo natural a partir de los 42 años son muy bajas”, explica la Dra. Victoria Verdú.

Para ello es fundamental conocer el estado de los óvulos a través del análisis de la reserva ovárica. Los avances en la medicina reproductiva han permitido que, hoy, se pueda acceder a esta información a través de dos sencillas pruebas: por el recuento de folículos antrales (RFA) y de la hormona antimülliana (AMH), dos marcadores complementarios que ofrecen datos muy precisos sobre las expectativas de reproducción, ya que evalúan la capacidad funcional de los ovarios, así como el número y la calidad de los ovocitos.

Como ratifica la Dra. Verdú “es necesario que estas pruebas se incluyan en las revisiones ginecológicas rutinarias como método preventivo, ya que, aparte de detectar posibles anomalías y problemas de fertilidad, nos permite tener mayor conocimiento sobre la capacidad reproductiva de la mujer. Así tendrá una mayor autonomía para planificar cuándo tener un hijo y aumentar las posibilidades de la maternidad genética”.

De esta manera, la mujer puede aplazar la maternidad hasta el momento en que esté preparada para someterse, posteriormente, a un tratamiento de reproducción asistida con el que conseguir el embarazo con gametos propios. No obstante, la propia doctora advierte de que “aunque la vitrificación ovocitaria ofrece una posibilidad de gestación en un futuro, no es un seguro de fertilidad para toda la vida. Al congelarlos, contaremos con un número m limitado de ovocitos, entre 10 a 15, y se deberá tener en cuenta la calidad y evolución de los mismos”.

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