Ellas son mayoría en las aulas pero menos en los altos cargos

Aunque las mujeres son mayoría en las aulas de las Facultades de Ciencias de la Información, aún no se puede hablar de una feminización del periodismo. Y es que ellos todavía ocupan un 60% de la plantilla en las redacciones y el 90% en los consejos de administración. Las periodistas son discriminadas: no reciben el mismo salario que sus colegas varones, están infra representadas en los cargos de dirección y gestión de las empresas periodísticas y de las asociaciones de prensa y sufren más el fenómeno del paro y el abandono de la profesión.

Una de las pocas excepciones es Elsa González, presidenta de Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE), quien destaca de manera reiterada que “nuestra asignatura pendiente” es que las mujeres “conquisten los puestos de responsabilidad” en los medios de comunicación. No se trata de una lucha por el poder, es que desde esa realidad se construye la mediática, es decir, la que reciben cada día miles personas.

La desproporción no se limita al sector empresarial: en el organigrama de la FAPE, por ejemplo, solo 18 de las casi 50 asociaciones tienen una mujer al frente de la presidencia.

Según datos de la FAPE, en las facultades de Periodismo españolas un 70 por ciento del alumnado es femenino, mientras que en las redacciones se invierte la proporción (el 59 por ciento de la plantilla son hombres). En la dirección, la diferencia es aún mayor, con solo un 20 por ciento de representación femenina. En los consejos de administración la presencia de las mujeres es incluso menor: un 10 por ciento. Los datos constatan que las cúpulas de los medios son terreno vedado a la mayoría de mujeres.

La dirección y gestión, terrenos vedados para las periodistas
Es crucial que se incremente el número de mujeres miembros de los sindicatos y asociaciones de periodistas para mejorar las posibilidades de una igualdad de género en la profesión. Además, el lugar que ocupen en ellas tendrá también un profundo impacto en la actitud de estas organizaciones hacia la cuestión del género.

“A menos que las mujeres estén suficientemente representadas en la directiva, los sindicatos no pueden tener credibilidad para los futuros miembros femeninos, ni pueden acostumbrarse a las preocupaciones diferenciadas de las mujeres trabajadoras” dice la Organización Internacional del Trabajo.

Entre las principales causas de este desequilibrio, según denuncia de FAPE, “destacan la tradición masculina, vigente en el acceso a los puestos de mando de muchas empresas, la desconfianza del personal directivo masculino en la capacidad de liderazgo de las mujeres, y las dificultades de conciliación de vida familiar y laboral que imponen los exhaustivos horarios de esta profesión, además de la pervivencia de un modelo social en el que el hombre todavía ocupa un papel residual en la vida doméstica”.

Diferencia salarial
Si los medios de comunicación son el reflejo de la sociedad, a la vez que ayudan a su avance y configuración, ciertamente necesitan mostrar mejor el hecho de que la igualdad de género es un derecho humano fundamental. Esto abarca cuestiones como igual salario por igual trabajo.

Los datos del informe elaborado por la Federación internacional de Periodistas (IFJ), titulado ‘Diferencias salariales por género en periodismo’, constatan que en Europa las mujeres periodistas ganan un 17 por ciento menos que sus colegas masculinos. En el caso de España, esta diferencia se reduce al 12 por ciento, según los datos recogidos de la encuesta salarial realizada el proyecto Wagelndicator, en el que colabora la FIP y en el que han participado unas 200 personas profesionales españolas. Ambos estudios demuestran que las mujeres periodistas siguen enfrentadas a una discriminación persistente tanto salarial como social.

Aparte de recibir menor retribución económica por el mismo trabajo que desarrollan los hombres, tienen menos avances sociales (pensión, seguros de salud, vacaciones), lo que agrava las diferencias laborales. Con toda razón, las periodistas están menos satisfechas de su trabajo que los hombres.

Además, el informe demuestra que la disparidad retributiva aumenta con la edad. Son las mujeres entre 35 y 45 años las que tienen mayores diferencias salariales con sus compañeros de profesión, ya que tienen que enfrentarse a la elección del trabajo o del cuidado de los hijos e hijas, que les hace perder la antigüedad acumulada y les coloca en una posición peor de cara a su jubilación. Algo que constata también el primer Informe wellcomm de salarios de la comunicación 2012, según el cual, aunque existe una clara presencia predominante de las mujeres en el sector (un 59 por ciento de las personas encuestadas son mujeres frente a un 41 por ciento de hombres), éstas se ven perjudicadas por una importante diferencia salarial entre sexos, sobre todo a medida que avanza la experiencia.

El salario medio del profesional de la comunicación en España se sitúa en 32.652 euros brutos anuales, el del hombre es de 38.216 euros, mientras que el de la mujer es de 29.026 euros brutos anuales. Entre las personas encuestadas con más de 8 años de experiencia, los hombres cobran bastante más que las mujeres.

Paro y abandono de la profesión
Se añade también que el paro femenino es mayor en el sector de la comunicación pero además, las periodistas que se incorporan a trabajar, en muchos casos abandonan porque no pueden conciliar vida familiar y laboral, a juicio del Sindicato de Periodistas de Madrid (SPM), organización que desde su fundación en 1999 cuenta con un área específica de Igualdad y un enfoque particularizado sobre las cuestiones de género.

De acuerdo con el Informe Mundial sobre la Condición de la Mujer en los Medios Noticiosos publicado por la Fundación Internacional de Mujeres Periodistas (IMFW), las condiciones laborales, el horario de trabajo, viajes, coberturas especiales e incluso los recortes de personal motivados por la actual crisis incrementan la desigualdad que viven las periodistas, por lo que se considera necesaria e inmediata una legislación que impulse políticas de equidad en los medios de comunicación y lograr así romper el “techo de cristal” que aprisiona a las mujeres y que permita al mismo tiempo, un avance en la manera de construir y transmitir las noticias, que incluya una visión de género.

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