El género, la cenicienta de la RSC

Llevo unos días pensando cómo se verá este comienzo de 2016 cuando el año haya transcurrido y lo que hoy es presente pueda verse en perspectiva. Tengo la sensación de que la realidad es compleja, pero que el reflejo de la realidad y la interpretación de los hechos se encuentra entre lo perimido, lo sobreactuado y lo desopilante.

Para no dejarme llevar por la marea informativa, reiterativa -y grandilocuente porque hay que dar noticias aunque no las haya- hago el sano ejercicio de tomar distancia y centro el foco en las mujeres.  Es mi tema preferido cuando recupero las energías suficientes para volver al ruedo y seguir preguntándome cómo y cuándo se volverá “norma” para todos, lo que es justo y evidente solo para quienes estamos en “esto de la diversidad y el género”.

Qué sucedería si hubiera conciencia de la falta de diversidad en los medios, las empresas, los foros…donde las mujeres no están.  En política sobre todo, la vieja treta de poner énfasis a los titulares a veces funciona y, si estamos desprevenidos,  hasta podemos llegar a creer que la realidad ha dado un vuelco y es realmente una novedad lo que estamos oyendo. Lo que no es novedad es la permanente ausencia de mujeres en los lugares donde se deciden las cosas. Como si no hubiera referentes, como si las que lo son estuvieran bajo un manto invisible, como si la representación del mundo fuera tal como nos la muestran las fotos y foros.

Para no irme por las ramas con la vieja y la nueva política, las formas y los contenidos, las tramas de corrupción, los aforados y los desaforados, las investiduras, las audiencias y las tertulias, me centro en lo de siempre un poco antes de cansarme de escucharme.

Leo la noticia de que actores, directores, actrices y  gente que aunque no está directamente vinculada al ámbito cinematográfico, denuncia la escasa diversidad de los Óscar y la notoria ausencia de afroamericanos en la última edición del premio más popular de la industria. Me pregunto entonces, qué sucedería si hubiera conciencia de la falta de diversidad en los medios, las empresas, los foros…donde las mujeres no están.

La falta de diversidad en lo que a género se refiere no tiene el “anclaje” que sí han logrado otros temas instalados desde la RSC como la sostenibilidad, el medio ambiente, la discapacidad…¿Por qué sucede esto? ¿Por qué no se instala como una “anormalidad” algo que por lo menos “desentona” con el mundo en el que vivimos?

Celebro que el “He for She”, la iniciativa puesta en marcha por las Naciones Unidas, gane adeptos. Porque colabora, gota agota, en que quienes tienen la inercia de seguir haciendo las cosas “como toda la vida” empiecen a sentir que desentonan.

En pocos días lanzamos la 5ª edición de Las Top 100 Mujeres Líderes en España, un ranking que ha hecho y hace una enorme tarea para visibilizar el talento de las mujeres en todos los ámbitos. En una reciente reunión con los “Diversity  Gender Partners”, empresas que patrocinan e impulsan las acciones que promueve el ranking de Las Top 100 Mujeres Líderes en España, uno de los hombres que se sumaba por primera vez a los encuentros, reclamaba mayor información y se manifestaba sensible a datos que dábamos a conocer, sobre las incomprensibles cifras de participación y liderazgo femenino en las empresas, no sólo en España sino en el mundo. "Si tuviéramos más datos –reflexionaba- tendríamos más claro lo necesarias que son este tipo de iniciativas, y podríamos tomar cartas en el asunto".

Estoy convencida de que sólo lograremos cambiar las cosas cuando los hombres sientan como un insulto ser invitados a un debate, un encuentro, un congreso…en el que sólo sean hombres los que van a hablar. Cuando se enfaden ante un proceso injusto, cuando entiendan que no es un tema “de mujeres” sino de justicia, de valor, de innovación, construir empresas, con instituciones, con eventos, con foros… en los que la sociedad esté reflejada.

En pocos días lanzamos la 5ª edición de Las Top 100 Mujeres Líderes en España, un ranking que ha hecho y hace una enorme tarea para visibilizar el talento de las mujeres en todos los ámbitos. Lo siguiente, es comenzar el desafío engageMEN: que 25 CEOS Mujeres, "reten" a 25 iguales varones, para que se comprometan a cambiar las cosas. Y que desde sus posiciones de poder, miren de frente a un problema que alerta al mundo y que, apenas nos distraemos, lo que se ha avanzado corre el peligro de retroceder.

Hacerlo con ellos es vital y urgente. Lo contrario, sería tan antiguo como el planeta varón reflejado habitualmente en esas fotos, todavía habituales en las que sólo hay hombres… blancos, de mediana estatura, con traje y con corbata.

Ni Hollywood, ni Silicon Valley, ni Davos… estarán a la altura si no entienden que la diversidad, un valor cada vez más reconocido y más rentable, implica la raza, la cultura, la religión, la orientación sexual, las capacidades diferentes…pero también, el género, en este caso, las mujeres.

 

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